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Era una idiota, una completa idiota.

¿Cómo me había dejado llevar de esa manera?

¿Por qué rayos dejé que sucediera aquello?

Cuando me quedé sola nuevamente en la sala de interrogación, volví a la realidad de manera inmediata. Todo había sido un terrible error, pero... si fue un error ¿por qué lo sentí tan bien?.

Definitivamente me estaba volviendo loca.

Bajé rápidamente de la mesa y empecé a arreglarme la ropa lo mejor que pude. Mis manos subieron hasta mi cabello, el cual intenté que no se viera tan despeinado. Era una horrible persona, mientras mis compañeros se encontraban sufriendo y peleando allá afuera, yo me encontraba aquí teniendo un momento caliente con uno de los fugitivos.

Me maldije a mi misma por varios minutos hasta que la puerta de la habitación se abrió nuevamente, dejando ver a Trevor lastimado y con una expresión de angustia en su rostro.

-Lucy, ¿estás bien? -Fue lo primero que preguntó mientras se acercaba a mí de forma rápida.

-Si, lo estoy -Respondí- El que no se ve bien eres tú -Lo ayudé a sostenerse un poco al ver que se tambaleaba- ¿Qué te pasó?

-Ellos... ellos me agarraron -Contó a la vez que dejaba escapar un pequeño quejido de sus labios- Tenemos que irnos, no estamos a salvo aquí -Intentó caminar a la puerta conmigo pero me mantuve inmovil.

-¿Qué pasó con Jason y los otros? -Indagué rápidamente.

-No es seguro hablar aquí, tenemos que irnos antes que... -Se mantuvo unos segundos en silencio.

-¿Antes que qué, Trevor? -Continué hablando al notar que él no seguía hablando.

Aún sin decir nada, se giró para mirarme de frente. Parecía tratar de buscar alguna palabra para decir pero nada salía de sus labios. Se mantuvo viéndome por varios segundos y, cuando creí que hablaría, algo lo interrumpió: la alarma de la prisión.

-Joder... -Escuché la voz de Trevor maldecir en voz baja y observe cómo cerraba los ojos por unos segundos- Lucy, tenemos que irnos ahora mismo -Repitió.

Antes de poder decir alguna palabra, me agarró del brazo y me obligó a caminar hasta la puerta. Desde donde estábamos se podían escuchar los disparos en la parte principal de la comisaría, provocando que tragara saliva.

-Ten -Sacó de la parte de atrás de su pantalón una pistola Glock 25, la cual me entregó de inmediato- Ya está cargada, debemos tener cuidado si queremos escapar de aquí con vida.

Agarré el arma y no pude evitar pasar la vista en Trevor, quien hacía gestos y se inclinaba un poco hacia el costado mientras iba soltando leves quejidos de dolor. La playera de su uniforme tenía una enorme mancha de sangre justo en el hombro derecho; con su mano izquierda hacía presión en aquella área y rápidamente volví mi vista a su rostro.

-Estás herido -Aseguré e intenté acercar mi mano a la zona lastimada, pero él me detuvo.

-No, estoy bien -Habló y continuó caminando enfrente mio- Andando, no tenemos mucho tiempo.

-Trevor, estas herido -Repetí- Tengo que ayudarte antes de que se ponga peor.

-¡Maldita sea, Lucy! -Se giró nuevamente para quedar frente a mi- Esos idiotas nos están buscando para matarnos, y si nos quedamos aquí un segundo más, lo harán -Dijo con cierto enojo y desesperación- ¿No ves que trato de protegerte?.

-No necesito que lo hagas -Contesté de inmediato.

-De todos modos, lo haré -Dijo- Salgamos por la puerta trasera, quizás podamos salir sin llamar la atención de nadie.

MONSTER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora