Sempiterno [Isaac Lahey]

3.10. Jennifer Blake

⊷⊶⊷⊷⊶⊷ 《🐺》 ⊷⊶⊷⊷⊶⊷️

—Algo pasó en el recital en la escuela. Quiero contarte antes de que te enteres por ellos.

—¿Por quienes?

—Stiles, Scott y Sophie —rodó los ojos al oír su nombre—. Van a decirte cosas que no puedes creer. Debes confiar en mí, ¿sí?, confía en mí.

—¿Qué pasa?

—Prométeme que me escucharás.

—Lo prometo.

La mujer se inclinó a besar al chico, dándose cuenta de que era demasiado tarde como para engañarlo.

—¿Puedo ser yo quién la mate? —ambos chicos la miraron con regaño—. Bien, no la mataré... aún.

—Ya llegaron, ¿no?

—¡Claro que sí, perra!

Soltó apareciendo delante de los dos chicos, caminando hacía ella con una sonrisa llena de burla y victoria, mientras que los otros dos tenían el rostro serio. Su humanidad seguía apagada, y estaba segura, que se quedaría así por un rato, se detuvo a unos pasos de ella cruzándose de brazos.

—¿Te dijeron que era yo?, ¿qué soy la que se está llevando personas'

—Le dijimos que eres la que mata a las personas.

—Así es —asintió, Sophie retrocedió tomando la mano de su amigo dándole mediante está, el apoyo que necesitaba—. ¿Qué hago sacrificios humanos?, ¿qué las degollo?, si, probablemente lo hago en mi hora de almuerzo, así regreso a enseñar inglés en una escuela secundaria el resto del día —soltó una risa—. Es totalmente lógico.

—Si tanto odias tu trabajo, ¿por qué no te vas?, no es como alguien te quiera de verdad —giró a ver a Stiles llorando en silencio—. ¿Dónde está pa... el padre de Stiles?

—¿Cómo puedo saberlo? —se giró a al alfa esperando que él le creyera—. Derek, dime que no crees esto —el pelinegro enfocó la mirada en los tres adolescentes

—¿Sabes qué le pasó al padre de Stiles? —la mujer negó con inocencia

—Pregúntale por qué casi mata a Lydia.

—¿A Lydia Martin? —un rayó iluminó la escena—. No sé nada sobre eso.

—¿Qué sabes?

—Sé que estos chicos, por alguna razón equivocada, están contándote una historia absurda que no pueden probar —un rayo la volvió a iluminar tan pronto se giró hacia a ellos

—Eres tan falsa... —habló con delicadeza—. Tan hipócrita y mentirosa... y, aun así, ¿crees que vas a poder ganarnos a nosotros? —la miró fijo—. La persona a la que viniste a buscar corriendo ni siquiera te cree o te ama como para defenderte, es tan lamentable... —fingió un puchero—. Pero, ya que pides pruebas, ¿Scotty? —habló con superioridad