1.2. Promesa

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⊷⊶⊷⊷⊶⊷ 《🐺》 ⊷⊶⊷⊷⊶⊷ 

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⊷⊶⊷⊷⊶⊷ 《🐺》 ⊷⊶⊷⊷⊶⊷ 

—¡Buenos días! —Sophie entró a la cocina—. ¿Cómo sigues?

—Bien, creo —Scott comía en tranquilidad—. Aun duele un poco, lo que hiciste ayudó —la chica sonrió al escuchar eso

—Me alegra oír eso hermanito, Lydia vendrá por mí, ¿quieres que le pregunté si puede llevarte? —se sentó junto al mayor tomando su plato de waffles

—No hace falta, iré en mi bicicleta.

La menor asintió terminando de comer en silencio, le envió un par de mensajes a su madre, Stiles y Lydia, el mayor se quejaba de vez en cuando tocándose el costado buscando poder calmar su dolor, Sophie al notar eso se levantó de su silla buscando algo que pudiera ayudarle entre los gabinetes.

—Parece que ya no hay ibuprofeno —murmuró al ver el lugar vacío—. Le diré a mamá que consiga más, pero yo, debo irme ahora —soltó viendo su reloj—. ¡Te quiero! —beso la mejilla de su hermano

—Y yo a ti —murmuró—. Soph, deberías acomodarte el sweater.

—Deja eso del hermano protector para otro momento, adiós —habló con burla saliendo de la casa

Caminó un par de calles hasta llegar al auto de su amiga, se subió junto a la pelirroja enseñando una sonrisa, saludó a la rubio fresa con una sonrisa, la contraria arrancó el auto en dirección a la escuela, ambas hablando sobre salir más tarde tal vez a comprar o al cine, la castaña pidió que tomaran un desvío tras su gran antojo de café, Lydia aceptó dirigiéndose a alguna cafetería de la ciudad cercana a la escuela. Una vez comprado sus cafés, volvieron a la ruta principal, como era de esperarse, la chica Martin se quedó en su auto terminando de arreglarse.

—Debo hablar con Stiles y mi hermano —anunció tan pronto estacionó en la escuela—. Te veo en clases luego —salió del auto caminando hasta donde se suponía estaban su hermano y amigo

—Estoy seguro que fue un lobo —escuchó a su hermano comentarle a su amigo, Sophie lo miró extraño

—¿Un lobo, Scotty? —se burló

—Escuché el aullido de un lobo, Sophie.

—No pudiste haberlo escuchado —Stiles agregó, el hermano de la chica lo miró bastante mal, sin embargo, él ni se inmutó

—¿Qué quieres decir con "no pude haber escuchado eso" ?, ¿cómo sabes qué es lo que escuché?

—Fácil, porque en california no hay lobos, ¿entiendes?, no desde los años setenta —Stiles le dio la razón a su amiga

—¿En serio?

—Si, enserio —esta vez Stiles respondió

—Lobo o no, creo que deberías hablar con mamá y ver que tan infecciosa es esa herida, y hablo enserio Scott. ¿Has hablado con ella?

—No, no le dije todavía y no lo haré si no es necesario —la menor rodó sus ojos con molestia—. Si no me creen lo del lobo entonces definitivamente no me creerán que encontré el cuerpo.

Sempiterno [Isaac Lahey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora