Sempiterno [Isaac Lahey]

3.11. El último sacrificio

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Sus mejillas se llenaron de lágrimas, su cuerpo cayó al suelo tan pronto su boca se cerró y sus manos dejaron de soltar magia, sus ojos volvieron a la normalidad, pero todo lo que podía ver era oscuridad, acompañado de un dolor de cabeza que a la azotaba impidiéndola avanzar.

—¿Sophie? —escuchó la voz de Allison, quiso responder, pero las palabras no salían de su boca—. ¡Papá, no responde!

—¿¡Sophie!? —la voz de Chris resonó en sus oídos—. Ayúdame a llevar al auto, rápido.

Sintió su cuerpo ser tomado, intentaba hablar o tomar control de sí, pero le resultaba imposible, no veía nada por más que lo intentar, y la sensación de sus manos quemarse era grande. Podía sentirlo y escucharlo todo, pese a ella no poder hacer lo mismo, se detuvo unos segundos escuchando las voces de padre e hijo hablar.

—¿Dónde están los demás?

—No lo sé, Stiles y Scott fueron por Derek y Jennifer, yo tuve que sacar a Cora... —señaló a la castaña que ambos sostenían—. ¿Qué le pasó a ella?, escuché un grito

—Tampoco sabemos.

El auto de Derek llegó a ellos, explicando que Stiles seguía adentro del hospital encargándose de los policías, insistiendo en irse mientras sacaba a su hermana del auto de los Argent para subirla al suyo.

—¿Qué hay de Scott y Melissa?

—Jennifer tomó a Melissa —acomodó a Cora en el asiento trasero—. Probablemente Sophie lo sintió o escuchó... por lo que tocó fondo desatando su poder —señaló a la chica desmayada

—¿Y Scott? —cuestionó Allison después de un silencio—. Derek, ¿dónde está Scott?

—Se fue con Deucalion —habló la castaña poniéndose en forma—. Iré con Stiles, probablemente me necesite tanto como yo a él —se alejó de los Argent 

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Allison, Chris, Sophie y Stiles se adentraron a la casa de los primeros, hablando acerca de los requisitos que debía cumplir Jennifer con sus sacrificios.

—La palabra es guardián, Allison. Tu más que nadie sabes que es una función que no estuve cumpliendo.

—Se llevó a la madre de Sophie y Scott, al papá de Stiles, eso no es una coincidencia —soltó entrando a la oficina

—Si, yo también consideraría que escribieron tu nombre muy grande en las puertas del ascensor.

—No sé tú, pero eso es una amenaza clara —respondió la bruja mordiendo un caramelo de regaliz

—Creo que podría ser Morrell. Sabe mucho más de lo que dice y quizás esté tratando de ayudar —les dio una mirada rápida a todos

—Tiene que hacerlo mucho más rápido. Faltan menos de dos noches para el eclipse lunar —se sentó tan pronto termino de hablar