CAPITULO 93: Nothing nothing gon' save us now

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Beren y Miriel forcejeaban con fuerza –con una fuerza nunca antes vista en ella y que solo podía ser el reflejo de todo el dolor que sentían-, lanzando golpes y tratando de repelerlos, empujándose por todo el lugar derribando estantes y todo lo que se encontrara a su paso. En medio de la pelea Beren empujo a Miriel con tanta fuerza que salió despedida contra la pared al otro lado de la habitación para luego caer al suelo. Miriel se quejó, había sido un golpe duro pero de cualquier forma trato de levantarse aunque sea un poco apoyándose en sus manos alzo la cabeza para encontrarse con la mirada de Beren, ambos golpeados y respirando con dificultad.

-Detén de una vez esta absurda pelea, sabes bien que no eres capaz de dañarme.

- ¿Realmente tu arrogancia no te permite verlo o es que prefieres no hacerlo?

-¿Es que acaso no temes lo que sucederá si faltas a tu palabra?... Tú vida y tú alma me pertenecen a mí y solo a mí, lo juraste, y esa clase de votos no se hacen a la ligera.

-Y no fue así... toda promesa que hice la hice desde un profundo y sincero amor, pero no hacía ti.

-Da igual- contestó Beren, su rostro se torno sombrío- está hecha de cualquier manera.

-Eso no quiere decir que signifique algo... y no importa que tan poderoso seas, a cuantos hombres tengas bajo tu mando o si tienes salones atestados de oro, hay cosas en este mundo que jamás podrás obtener por la fuerza.

-...Si no puedo tenerlas entonces tendré que destruirlas.

-Esa es la razón por la que estoy aquí, porque no voy dejar que lo hagas.

-Pero lo haré... ¡Empezando por borrar de la faz de este mundo hasta el último de esos viles seres!... ¡Y tú, serás la razón, por tu causa desaparecerán por siempre! ¿Crees que puedas vivir con eso?

La mirada en los ojos de Beren y la forma en que escupía con odio las palabras como si fueran veneno dejaban ver lo cerca que se encontraba de la demencia, el poder desmedido había inundado sus venas y nublado su mente, un poder oscuro y solitario que le había hecho perder por completo la visión real del mundo y de aquellos que lo rodeaban.

-No quiero vivir en un mundo de hombres.

-Es inevitable... es el único futuro que nos aguarda.

Miriel pudo ver lo que las palabras de Beren describían, un solitario mundo sin más que humanos en un eterno conflicto por poder y toda la magia no era más que un recuerdo lejano que se convertiría en mito y eventualmente se olvidaría. La visión fue aterradora y devastadora, era un mundo vacio. Pudo sentirlo en la piel y las entrañas. Alzo la vista, sus ojos se encontraron con los de Beren y pudo ver en su rostro el comienzo del declive del mundo. La mirada de Miriel se torno oscura y un sombrío "No" salió de sus labios antes de que se levantara tomando el cuchillo junto a ella arremetiendo contra Beren.

Beren la vio ir contra él con los ojos abiertos apenas unos segundos a tiempo para lograr desenfundar su espada. Se encontraron con un fuerte impacto. Miriel estaba fuera de sí, toda su energía se había concentrado en una fuerza letal que inundo su cuerpo. Lanzaba golpe tras golpe, descuidados y desesperados. Sentía como las lágrimas escurrían por sus mejillas, sintió las manos de Beren tratando de contenerla, podía escuchar cómo se esforzaban por pelear y el sonido de las afiladas hojas de sus armas, podía sentir como temblaba. Y entonces, en medio de todo ese confuso movimiento un violento empujón la mando de nuevo contra el piso. El dolor la invadió y solo pudo pensar lo peor, apretó los ojos con fuerza hasta que tuvo el valor suficiente para mirar.

Miriel comenzaba a pensar con claridad otra vez, toda la adrenalina se había ido y ahora solo quedaba el miedo. Lo primero que pudo ver al lentamente abrir los ojos fue su pecho manchando de sangre. Su corazón casi se detiene al verlo, pero pronto noto que ahí no había ninguna herida. Miro sus manos temblorosas, estaban cubiertas de cortadas y en una de ellas aun sostenía el cuchillo de Arphen, de su hoja goteaba sangre. Había un rastro rojo en el suelo, donde al final de este yacía Beren. Su pecho subía y bajaba irregularmente y se podía escuchar como luchaba por respirar, estaba agonizando.

Born to Die (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora