CAPITULO 71

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-Espera por favor- Arphen dijo.

Eothalion se detuvo en medio del pasillo sin decir una palabra o darse la vuelta para mirarlo, Arphen entonces camino hasta ponerse delante de ella, lucia agitado y preocupado lo que hizo que el semblante de Eothalion se suavizara al verlo, pero sus brazos continuaban cruzados sobre su pecho demostrando que aún estaba bastante molesta.

-¿Qué es lo que quieres Aphen?- pregunto seca.

-Por favor no lo hagas- le suplico.

-Estoy haciendo lo correcto.

-No- Arphen negó- estas condenándola.

-Tal vez es eso lo que merece.

-No la conoces- Aprhen le contesto sorprendido por la dureza de sus palabras.

-Pero conozco a mi esposo- replico con seguridad- y se bien la clase de hombre que es.

-Eothalion- Arphen dijo su nombre con tanta dulzura que la obligo a desviar la mirada incapaz de soportar como la veía- ven con nosotros.

-No insistas- susurro ella nerviosa de que las palabras de Arphen la hicieran dudar, y se dio la vuelta para marcharse.

-Me preocupa que estés bien- confeso Arphen haciendo que Eothalion se detuviera, la vio quedarse inmovil por un momento y esperaba que al fin hiciera caso de sus advertencias. Ella se giró solo lo suficiente para mirarlo con una expresión en blanco y le dijo:

-No tienes razón por que preocuparte- para luego irse de ahí.

Miriel no podía creer lo que sus ojos veían, montada en un caballo junto con la compañía y Eothain a las afueras de Edoras se preparaba para partir a Minas Tirih, junto con almenos trecientos hombres de los Rohirrim que habían decidido seguir a su capitán. Varios de ellos partían al lado de su familia después de la amenaza de destierro que la princesa Eothalion había hecho, esto desanimaba un poco a Miriel pero a la vez no podía ignorar lo impresionante que era ver a todas esas personas reunidas y tan dispuestas. A lo lejos algo llamo su atención y se dio cuenta que algunos metros de donde estaba y completamente apartada de la concurrencia con la que viajaría había otro grupo de hombres, no más de quince diría ella, que partían en dirección opuesta escoltando a la princesa Eothalion. Miriel se quedó viendo cómo se alejaban y no pudo evitar sentir miedo, entonces se dio cuenta de que Arphen estaba montado en el caballo junto a ella sin poder apartar la mirada de aquel otro grupo que se alejaba cada vez más, se fijó en sus ojos y de inmediato pudo adivinar lo que sentía, y poco acostumbrada a verlo así de preocupado puso una mano en su hombro intentando animarlo.

-¿Ella sabe que tú...?- Miriel intento preguntar pero Arphen contesto antes de que terminara la pregunta.

-Si... siempre lo supo.

-Me preocupa- murmuro Miriel viendo la dirección en la que se alejaba.

-A mí también- contesto Arphen- pero no puedo ayudarla si ella cree que no necesita ayuda- Arphen se encogió de hombros resignado.

-Estará bien- dijo Miriel esperando que sirviera de consuelo- Está a salvo mientras ella siga...- pero se detuvo antes de terminar la frase pensando en que probablemente sería algo cruel de escuchar.

-Mientras ella siga enamorada de él, lo sé- Arphen bajo la mirada triste un momento antes de volver su atención a Miriel con la mejor sonrisa que pudo ofrecerle- no puedo hacer nada por ella, pero puedo hacer mucho por ti... vamos- le dijo comenzando a avanzar.

Miriel se quedó totalmente admirada por el optimismo y resiliencia tan grande que tenía, era natural en él animar a no darse por vencido, tenía una manera tan bondadosa de ser fuerte. Y con ese pensamiento en mente Miriel finalmente empezó su viaje hacía Minas Tirith.

Born to Die (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora