CAPITULO 77

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Era una mañana gris y fría pero tranquila para todos aquellos en Minas Tirith que se recuperaban lentamente de todo el caos que habían vivido. Legolas caminaba por los pasillos del palacio hacia el salón del rey en busca de Miriel, la encontró cuando pudo verla al otro extremo del pasillo junto a las escaleras que conducían a dicho salón. Camino hasta ella que se encontraba de espaldas a él.

-Miriel- la llamo cuando estuvo a unos pasos de ella, quien al reconocer la voz de Legolas se dio la vuelta.

-Legolas- dijo saludándolo con una sonrisa que obtuvo por respuesta una igual, sin embargo rápido noto algo en ella que lo desconcertó cambiando su expresión, en sus brazos Miriel sostenía un bebé de algunos meses de edad la presencia del pequeño lo tomo por sorpresa impidiendo que se acercara más.

-¡Vaya! ¿De dónde salió eso?- dijo aun sorprendido, Miriel que no había pasado por alto su reacción río, había pocas situaciones que pusieran nervioso a Legolas y nunca creyó que esta sería una de ellas.

-Su madre está recuperándose y no puede cuidar de él por ahora- le dijo mirando al pequeño que sostenía-... iba a alimentarlo.

Legolas empezaba a hacer a un lado su desconcierto y se acercó a ellos un poco más. Y para su sorpresa se dio cuenta que en realidad le agradaba lo que veía, Miriel parecía tan embelesada observando como el bebé se movía entre sus brazos, compartir ese momento con ella le daba una extraña y cálida sensación que sin que lo notara hizo aparecer una sonrisa en su rostro.

-Ah, ayuda- escucharon un quejido junto con unos pasos acercándose. Ambos voltearon encontrándose con Arphen que llegaba hasta ellos sosteniéndose la cabeza.

-¿Qué sucede Arphen?- le pregunto Miriel alarmada.

-Creo que se me sale el cerebro- exclamo Arphen y con eso ambos supieron que todo estaba en orden.

-Déjame darle un vistazo- dijo Miriel tratando de calmarlo- ¿Puedes sostenerlo?- le pregunto a Legolas quien abrió los ojos apenas escucho la pregunta.

-No soy bueno con los niños- le contesto inquieto- nunca he sostenido uno.

-Necesito ambas manos para revisar a Arpehn... no es difícil puedes hacerlo- Miriel lo animo con una sonrisa y extendiéndole al bebé sin embargo Legolas aun parecía renuente a hacerlo.

-Dense prisa- dijo Arphen.

Sin apreciar la presión extra Legolas finalmente sostuvo al pequeño, quien se quejó un poco cuando sintió el cambio pero que al encontrarse con una cara desconocida clavo sus atentos ojos color miel en él, mientras mentalmente Legolas rogaba porque no rompiera en llanto.

-Solo son tus vendajes, están sueltos- escucho que Miriel decía mientras atendía a Arphen- ¿Cómo fue que se soltaron?

-Tal vez fue mi culpa- confeso Arphen con una pequeña sonrisa- quería ver como estaba la herida.

Legolas rodo los ojos cuando escucho la explicación de Arphen mientras Miriel lo regañaba por lo que había hecho. Legolas que había dejado de prestar atención al pequeño humano que sostenía recordó que así lo hacía cuando escucho como comenzaba a inquietarse.

-Miriel... él no parece muy feliz- hablo nervioso atrayendo su atención.

-Tal vez es por como lo sostienes- le contesto mientras se hacía cargo de los vendajes de Arphen y notando como Legolas sostenía al bebé con ambos brazos estirados- acércalo un poco más a ti, abrázalo.

Legolas así lo hizo y para su alivio el bebé se calmó de inmediato. Miriel no tardó mucho en terminar lo que hacía y se acercó hasta Legolas sonriéndole.

Born to Die (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora