Ya todo había terminado. No quedaba nada más que las imágenes en la mente de aquellos que lo habían visto todo y habían sido lo suficientemente afortunados de lograr escapar con vida. En un abrir y cerrar de ojos aquella bestia había emergido de la montaña, el majestuoso castillo que ahí se alzaba se había convertido en un montón de rocas, y el pueblo ardía en llamas. Todo en apenas unos segundos. La gente, soldados y campesinos, habían salido huyendo en todas direcciones. Pocos lo lograron, pero para cuando el sol comenzaba a ponerse ya no había nadie cerca y el destruido Reino de las Montañas grises volvió a ser la tierra árida y solitaria de antaño. Ya nadie se atrevería a acercarse.
El verano había terminado en un parpadeo, había sido el más corto de toda la historia. Para comienzos de septiembre ya todo lo que alguna vez había sido verde y rebosante de vida al este de la Tierra Media se había tornado café y seco. Con la misma rapidez llego el frió, crudo y despiadado como no se había visto en mil años, causando devastación entre los reinos de los hombres. Arphen lo vio con sus propios ojos, los campos de cosechas congelados y la preocupación de la gente por alimentar a sus familias. Luego de la terrible tragedia que sucedido en la guerra del Reino de las Montañas grises el joven príncipe había emprendido un viaje junto con Gimli en búsqueda de Legolas, quien había desaparecido sin más poco después de eso. Buscaron más que nadie y mucho después de que todos perdieran las esperanzas. Avanzaron cuanto pudieron pero el severo clima lo dificultaba constantemente. Desalentados y agotados al final no les quedo más que volver a su hogar.
Con una tristeza que parecía estar aferrada a él hasta los huesos, Arphen regreso a la Torre blanca de Mina Tirith. Llego junto con las primeras señales de una tardía primavera, levemente animado por la idea de rencontrarse con sus padres después de tanto tiempo lejos. Arphen entro al gran salón y sonrió cuando al fin vio a su padre, al fondo, de pie junto al trono. Acercándose más distinguió tres pequeñas siluetas de lo que parecían ser unos niños que conversaban con su padre. Arphen se detuvo a un par de metros de ellos extrañado, pero entonces lo pensó bien y supo que no podía tratarse de niños. Debían sin duda alguna, ser hobbits.
El rey Aragorn se dio cuenta de la presencia de su recién llegado hijo, sus ojos se iluminaron mientras una sonrisa aparecía en su rostro- Bienvenido hijo mío.
Arphen no dijo nada su mirada se dirigió a los hobbits que se habían girado para mirarlo, uno de ellos llevaba en el pecho el árbol blanco de Minas Tirith, otro el escudo de Rohan. Arphen sintió el cosquilleo de la emoción en su pecho. Nunca antes había visto a esos hobbits pero había crecido escuchando tantas historias sobre ellos que sentía que ya los conocía. Se quedo ahí parado sin decir una palabra, no podía, estaba demasiado sorprendido para pensar con claridad.
-No podrías haber vuelto en mejor momento- exclamo Aragorn- nuestros amigos han venido hasta aquí con asombrosas noticias.
Y en efecto, eran las más increíbles noticias que Arphen pudo haber recibido. Aquel secreto que traían los hobbits acabo con su incansable búsqueda, por más que se rehusara a aceptarlo en un comienzo. Su padre le hizo prometer que no diría nada, y le suplico que se quedara a su lado. Juntos, padre e hijo, rey y príncipe tenían la tarea de volver a poner en pie su reino y a su gente; así como la de restaurar la paz entre los hombres.
Muy pocos se enteraron de ello. El rey Thranduil, Elladan Elrohir y Glorfindel fueron algunos de ellos, así como Gimli y la –ahora- reina de Rohan, Eowyn. Todos fueron informados de manera personal y cautelosa por los hobbits, y al igualque Arphen juraron no decir una sola palabra.
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Ay ojalá no haberlas confundido con este y el capitulo pasado... este fue algo corto pero ya vienen las respuestas jaja
Espero les estén gustando los capítulos ☺
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Born to Die (Terminada)
Fiksi PenggemarEl anillo único había sido destruido, el heredero perdido de Gondor, Aragorn hijo de Arathror, había vuelto, la era del hombre había comenzado y así lentamente los pueblos de la tierra media se levantaron de las cenizas después de las terribles guer...