CAPITULO 39

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 *Narra Miriel*

Un mes. Un maravilloso y perfecto mes había pasado desde que Legolas y yo comenzamos nuestra relación, que por cierto aun permanecía en secreto. Y a pesar de que Legolas insistía todo el tiempo en que debía decírselo a su padre, yo me encargaba de persuadirlo para que no lo hiciera. Sabía que la principal razón por la que Legolas quería decírselo era que por consecuencia todos los elfos del castillo se enterarían y moderarían sus atenciones hacia conmigo. Por esa parte comprendía su necesidad de hacerlo público de una vez, pero no podíamos arriesgarnos a hacer enfadar al rey y que en consecuencia nos dejara desprotegidos.

-¿Entendiste Miriel?- me dijo Lindir que me miraba, esperando que le contestara sobre lo que acaba de leerme

Miriel: ¿perdón?- me había perdido en mi mente pensando en Legolas y en lo maravilloso que él es.

Lindir: quizá debamos continuar con esto mañana- me dijo riendo mientras cerraba el libro que me leía

Miriel: lo siento mucho Lindir, estoy muy distraída hoy- le dije apenada y agradecida de la enorme paciencia que Lindir me tenia

Lindir: no te preocupes, te entiendo, hemos hecho esto toda la tarde ya deben de estar cansados ¿no es así Arphen?

Esperamos por la respuesta de Arphen que estaba sentado junto a mí en la mesa de la biblioteca, pero no escuchamos más que un ronquido que nos hizo voltear a verlo; se había quedado dormido sobre la mesa. Lindir puso los ojos en blanco y yo me di una palmada en la frente pensando en Legolas.

Pues hace unos días cuando me ofrecí a ayudarle a Lindir con sus quehaceres en agradecimiento él se ofreció a enseñarme la lengua de los elfos por las tardes, yo acepte emocionada, todo era perfecto hasta que se lo dije a Legolas, de verdad nunca me imagine lo suspicaz que Legolas podría llegar a ser. Cuando se lo conté casi enloquece al pensar que pasaría las tardes a solas con Lindir, pues solo veía a Legolas durante el desayuno, luego él se iba con la guardia a cumplir con sus obligaciones y no lo veía hasta ya entrada la tarde. En fin, después de tener una larga conversación con Legolas de que no tenía absolutamente nada de qué preocuparse, él pareció hacerse a la idea, o al menos eso me pareció a mí, hasta que el día en que por fin comenzaron mis lecciones casualmente apareció Arphen diciendo que él también deseaba aprender y de inmediato me di cuenta de que de alguna forma Legolas había logrado convencerlo para que se quedara con nosotros y vigilara a Lindir, esa era la única explicación porque era obvio que a él no le interesaba para nada aprender el idioma.

Miriel: ¡Arphen!- le dije mientras sacudía su hombro para despertarlo, el murmuro algo antes de levantar la cabeza confundido y aturdido, yo le sonreí a Lindir apenada

Lindir: Bueno supongo que eso da por terminada la lección de hoy

Miriel: oh espera Lindir- le dije recordando algo que tenía que preguntarle- ¿podrías traducir esto para mí? Por favor- le entregue un pedazo de pergamino que Legolas me había dado a escondidas durante el desayuno justo antes de que tuviera que irse. Lindir tomo el papel y lo leyó

Lindir: dice "Mi corazón esperara con ansias hasta el momento en que la luz de tus ojos bendiga los míos otra vez"- él me regreso el papel sin pasar inadvertida la enorme sonrisa que se había formado en mi cara

Miriel: gracias- le dije mientras tomaba el papel y lo guardaba en mi cuaderno

Lindir: si no te es inconveniente puedo preguntar ¿Quién te dio el papel?- Lindir me pregunto con su habitual tono tranquilo, pero no pudo ocultar su curiosidad

Miriel: aah yo... lo leí en un libro anoche, me gusto y decidí apuntarlo- le conteste y él me sonrió incrédulo, sobre todo porque Arphen se estaba riendo de mi, así que yo lo mire molesta mientras lo golpeaba por debajo de la mesa para que se callara de una vez.

Born to Die (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora