CAPITULO 28

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*Narra Miriel*

Me desperté temprano en la mañana y por impresionante que suene me sentía bastante cómoda en la celda, supongo que porque sería muy difícil que Beren o alguno de sus hombres llegara hasta aquí. Y además en el fondo, siempre había sentido curiosidad por los elfos.

Paseaba de un lado a otro por la celda, dando vueltas al ritmo de una melodía que se había quedado en mi cabeza desde hace un rato, y poco a poco la letra fluía, y el eco de mi voz resonaba en las paredes de Mirkwood.

"Las estrellas, la luna, todas se han apagado

Me dejaste en la oscuridad

Ni alba, ni día, siempre estoy en este crepúsculo

En la sombra de tu corazón.

Y en la oscuridad, podía oír el latido de tu corazón

Intenté encontrar el sonido

Pero entonces se detuvo, y yo estaba en la oscuridad

Así que en oscuridad me convertí"

-tiene una voz hermosa-me sorprendió la voz de Lindir cuando estaba de espaldas a la puerta de la celda, gire sobre mis talones para verlo parado en el marco de la puerta con una sonrisa impecable. Iba vestido de azul grisáceo, me parece que el mismo azul de sus ojos, que combinaba a la perfección con su cabello castaño y su piel pálida.

Miriel: g-gracias- titube

Lindir: lamento haberte asustado- me dijo apenado

Miriel: descuida- le sonreí

Lindir: ven conmigo- camine delante de él fuera de la celda, temerosa de lo que me esperaba afuera.

Lindir me hizo seguirlo por las escaleras de piedra que conducían a la salida de los calabozos. Cuando llegue hasta arriba mis ojos se abrieron como platos incapaces de creer lo que veían. Todo a mi alrededor se alzaban arboles que más bien parecían columnas tan grandes y gruesas como nunca había visto antes, con pasadizos y escaleras que conectaban un lado con otro; los tonos tierra predominaban en todos lados, y solamente entraba la cantidad de luz justa, para que todo fuera visible, pero al mismo tiempo el lugar conservaba un aire misterioso. Era un lugar extraordinario y cálido, una autentica fortaleza.

Lindir: Bienvenida Miriel, al reino de Mirkwood- dijo Lindir melodiosamente cuando lo mire sonriéndome ampliamente

Miriel: yo... yo creí- me faltaban las palabras mientras miraba a mi alrededor sorprendida- creí que ya no había elfos en la Tierra media

Lindir: bueno es una larga historia... te la contare, pero primero acompáñame, déjame darte algo de desayunar.

Le agradecí y él me guio hasta la cocina, me senté frente a la mesa que se encontraba en el centro de la cocina, el lugar estaba un poco desordenado, y el fuego estaba a punto de extinguirse, pero la habitación aun se sentía cálida. Lindir se apresuro a reavivar el fuego, y comenzó a preparar algo. Yo me limitaba a ver como se movía de un lado a otro, sus manos se movían con la gracia y delicadeza de alguien que está realizando una tarea que requiere de mucho cuidado.

Miriel: ¿necesita que lo ayude, señor Lindir?- le pregunte tímidamente

Lindir: no gracias, y por favor solo llámame Lindir- me sonrió mientras ponía frente a mí una taza de té caliente, se lo agradecí

Miriel. ¿Seguro? No quiero causarle ninguna molestia- le pregunte apenada

Lindir: no es ninguna molestia

Born to Die (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora