AMOR ENTRE LA SOMBRAS

EL AMANTE

Narrado por David

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Era un trono vacío en ese salón repleto de espinas.

Pero... Había un rey sentado en él.... Y al mismo tiempo no había nadie...

Él miraba a su reina, que permanecía a su lado...

Sus ojos enamorados no se encontraban nunca.

Ella tenía un velo rojo que cubría su cara y no permitía que la identificara. De igual manera el rey inexistente llevaba una máscara dorada que me impedía ver su rostro.

Yo miraba todo desde una esquina en aquel salón oscuro.

El rey inexistente, buscaba los ojos de su amada con ansias, más sin embargo, ella nunca los buscó.

Él comenzó a llamarla, con gritos desesperados.

Ella no respondía.

Los gritos sonaban más y más fuertes, pero seguía sin obtener respuestas.

De pronto, y de la nada apareció una mujer frente a ellos.

Esta mujer era muy alta, tanto que se podía decir que era el doble que un humano cualquiera.

Tenía grandes alas de pájaro, y su rostro... Y su rostro... No tenía.

Sólo podía ver piel por debajo de su cabello negro.

Era muy delgada y vestía de un exótico color morado.

Mis ojos se quedaron atónitos cuando ví a esta mujer misteriosa llegando hasta el trono donde estába la reina muda, y de un momento a otro comenzo a comersela.

La reina muda no se movió ni un centímetro mientras que la otra mujer delgada se comía su cuello.

El rey que estaba a su lado intentó ayudarla, pero en ese momento, y de la nada, apareció otra mujer alta y de cabello blanco. Lo tomó del brazo y lo metió en una especie de agujero blanco que desapareció en cuanto ambos entraron.

Miré de nuevo a la mujer misteriosa.

Quedé asqueado cuando esta mujer delagada, de un solo mordisco le quitó un pedazo de cuello a la reina muda.

La sangre se pronunció por todos lados, manchando todo el piso.

Y de pronto, la mujer delgada volteó a mirarme.

La sangre que había en su boca combinaba perfectamente con sus ojos llenos de ira.

Sus manos esqueléticas seguían sobre el cuerpo de su víctima, ya sin vida.

- ¿Quien eres? - pregunté haciéndome el serio.

- Abaddón - respondió aquella vestía con una voz demoníaca.- tu amo

Acto seguido se lanzó sobre mí, y también me devoró.

Las tragedias por las que eh pasado nadie más las a vivido.