CAPÍTULO 5
Un grupo de bandidos prepararon sus arcos apuntando hacía nosotros y en cuestión de segundos sus flechas fueron disparadas y se clavaron en los cuerpos de algunos de nuestros soldados quitándoles la vida al instante.
Sus cuerpos terminaron tendidos en el suelo.
Me asusté mucho, pues jamás en mi vida había vivido algo así.
Todos los bandidos se nos vinieron encima sin miedo, con espadas, dagas y escopetas.
En cuestión de segundos nuestros soldados hacían uso de sus espadas y cortaban gargantas, traspasaban cuerpos y cortaban cabezas...
El suelo se tiño de sangre y cadáveres.
David y Esteban me habían dejado en medio de ellos para protegerme. Me aferre a mi caballo con miedo e intenté calmarme pero no pude. La respiración se me detuvo cuando vi a uno de nuestros enemigos lanzarse sobre David y logró bajarlo del caballo con un golpe.
- ¡DAVID! - Grité asustada en cuanto callo de su corcel.
La espalda de David se estampó contra el suelo y su contrincante no perdió tiempo y aprovechó para ensartarle su espada en el torso. Afortunadamente no pudo hacerlo, pues David se rodo por el suelo y logró esquivarlo a tiempo; la espada de aquel hombre quedó clavada en el suelo y está vez quien se aprovechó fue David, que con una daga logró perforar su pecho y matarlo al instante. En seguida tomó la espada de su contrincante muerto y se lanzó por otro de los bandidos.
Esteban desde su caballo cortaba cabezas y hería enemigos con su espada. Lo que me preocupaba era que su herida cada vez sangraba más y eso parecía no importarle.
Uno de nuestros enemigos hirió el caballo de Esteban y él tuvo que bajarse de el para pelear cuerpo a cuerpo.
Yo me encontraba encima de mi caballo rodeada de soldados que intentaban protegerme y gracias a ellos aún no había muerto.
Uno de los bandidos usó su escopeta con uno de nuestros soldados quien sintió el impacto en su espalda y lo hizo caer al suelo.
El estruendo del arma debió de espantar a mi caballo, pues se asustó y levantó sus 2 patas delanteras dejándome caer al suelo. Mi caballo salió despavorido dejándome sin protección.
La caída me había dejado aturdida y comenzaba a ver las cosas borrosas
Alguien me levantó del suelo, y me jaloneo por el brazo. Era uno de los bandidos, quien intentaba sacarme de aquella muchedumbre a la fuerza.
- ¡NOO! ¡SUELTAME! - le grite mientras me retorcía para intentar zafarme de su agarre.
-¡ CAMINA! - me gritó enojado y siguiendo con sus jaloneos.
El hombre comenzó a llevarme en dirección al bosque.
-¡NOO! ¡SUELTAME! - Grité de nuevo-¡ESTEBAN! ¡AYUDAME!
El hombre que me mantenía cautiva me tomó por la cintura y me aprisiono contra su cuerpo. Mis pies dejaron de tocar el suelo y comencé a patalear dando gritos de desesperación.
-¡ELIZABETH!- voceo Esteban mientras su espada reposaba en las entrañas de algún bandido.
Esa fue una distracción que casi le cuesta la vida, pues uno de esos bastardos le llegó por detrás y colocó una daga en su garganta.
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AMOR ENTRE LA SOMBRAS
RandomElizabeth es obligada a casarse con un rey al que no ama. Esto le traerá conflictos con todos, incluso con ella. Pronto descubrirá una verdad que la hará convertirse en "la destrucción de la humanidad"