CAPÍTULO 3
Los ojos de David buscaban los míos con ansias, y cuando por fin se encontraron no quisieron soltarse.
Los 4 integrantes de la familia desfilaron por aquella alfombra dorada que cubría el largo pasillo del Salón y cuando estuvieron frente a nosotros hicieron reverencias.
Yo solo miraba a David.
Mí corazón daba latidos frenéticos y mí respiración sé aceleró al grado que casi no podía respirar. No se de donde saque fuerzas para seguir en pie.
- Es realmente un placer estar aquí sus majestades - habló el rey Tomás con una elegancia digna de un rey- les agradezco que nos allá permitido hospedarnos en su palacio
- Agradézcanle a mí esposa- le respondió Esteban- ella fue quien abogó por ustedes
- Siendo así, muchísimas gracias reina Elizabeth- Agradeció el rey invitado
Me quedé callada unos instantes, en los que trataba de recuperar el aire. Luche para poder des enganchar la mirada con la de David y cuando por fin pude lograrlo hablé.
- Es un placer- solté a duras penas
Mí mirada volvió con David.
- Bueno, pues entonces sean bienvenidos a mí hogar, su hogar- oí qué decía Esteban
- En verdad muchas gracias su majestad- Le dijo la hermana de David (Galilea)con un tonito qué no me gustaba nada - que amable de su parte al permitirnos quedarnos en su Palacio estos días. -su mirada recorría a Esteban de pies a cabeza. La comisura de su labio se levantó para sonreírle con coqueteo.
Esteban asintió con una sonrisa
Estúpida...
Fue entonces cuando me di cuenta de la apariencia de la Familia.
El rey Tomás era un hombre grande y fuerte, tenía apariencia de un tirano la verdad... Sin embargo el resplandor de sus ojos me decía otra cosa. David, Galilea y Tomás habían crecido conmigo, nos llevábamos desde niños (hasta que nuestros padres se distanciaron)así que conocía la bondad de sus corazones ; sin embargo Galilea era harina de otro costal... Desde pequeña siempre fue odiosa, le gustaba que se hicieran las cosas a su manera. Una vez cuando éramos niñas mi madre me había obsequiado una tiara muy hermosa; pero a Galilea le dio envidia así que un día me la quitó de la cabeza y la arrojó entre un charco de lodo. Esa niña era un dolor de cabeza.

La nueva esposa de Tomás, la reina Teresa se veía que era algo especial, pues a simple vista se dejaba ver lo tan interesada y refinada que era. Sus largos cabellos rubios y ondulados la hacían ver muy hermosa, además de tener un rostro tallado por los mismos ángeles. A ella si no la conocía pero estaba casi segura que su alma estaba tan sucia como la de Galilea.Valla víboras que entran a mi Palacio.
Pero todo valió la pena cuando centré la mirada nuevamente en David y ví lo guapo que lucia... Sus bellos ojos azules me llamaban y su corta melena me volvía loca.
¿Cómo pude estar tanto tiempo sin ti? Pensé
Sentí como si el tiempo nunca hubiera pasado... Mis días le pertenecían, ahora lo sabía. Jamás lo había dejado de amar.
Esteban era un gran hombre y lo apreciaba mucho sin embargo no lo amaba. David era mi único y verdadero amor.
¿Y por que me pasaba esto? Y justo ahora que comenzaba a salir todo bien con Esteban...
ESTÁS LEYENDO
AMOR ENTRE LA SOMBRAS
RandomElizabeth es obligada a casarse con un rey al que no ama. Esto le traerá conflictos con todos, incluso con ella. Pronto descubrirá una verdad que la hará convertirse en "la destrucción de la humanidad"