Alcanzar una Estrella [Kim Namjoon]

Capítulo 23

Bangtan comenzaba a promocionar su nuevo comeback, los anuncios en las páginas le hacían publicidad al evento, sin mencionar que con su nuevo posicionamiento en las listas del mundo ahora todos hablaban de BTS. El día del lanzamiento nos reunimos en mi pequeño departamento, estaba Hambin, Bony, Andrea y Kate, mi madre también se nos unió aunque entendiera poco de lo que dijeran.

Ese día hacia bastante frío, la nevada comenzó antes de lo esperado y a través de mi pequeña ventana se podía ver las pequeñas bolitas blancas cayendo de las alturas.

Todas nos amontonamos como pudimos frente a mi laptop ocupando cada rincón del sofá, además de incluir las dos pequeñas sillas de la cocina y las almohadas convertidas en soporte para el trasero en el suelo. Preparamos ramen instantáneo para todas y mencionamos los nombres de los integrantes en los 5 segundos restantes de la cuenta regresiva.

Todos estaban tan guapos, parecía que el frío les asentaba tan bien, sobre todo a Jungkook y a Yoongi que con sus pieles pálidas el enrojecimiento de su nariz resaltaba sobre todas las cosas. Sus peinados eran diferentes, al igual que sus colores, pero seguían viéndose igual de guapos, viéndose tan genuinos como siempre. Comíamos sin dejar de admirar a esos 7 hombres frente a nuestra pantalla.

La canción no era más que otro éxito que bangtan nos regalaba, con sus letras trasversas, sus mensajes positivos, su visión de cómo era el mundo y las herramientas para mejorarlo. Cada una de nosotras comenzó a hacer algo de stream para agradecer el arduo trabajo que hacían a menudo los chicos. Al terminar nuestro deber como fan, conversamos un poco, Hambin y Bony pusieron su inglés en práctica para conversar amenamente con Andrea y Kate.

— ¡Amo a Jimin! –dijo en un suspiro Andrea.

—Jin oppa es tan educado, me encanta. –soltó Hambin.

Hambin era bastante delicada cuando se lo proponía, o quizás solo lo era cuando se trataba de Kim Seokjin.

—¡No, no, no. El más bello es Jungkook! –comentó Bony llevando sus manos a su corazón embelesada con la imagen en su teléfono del mencionado.

—A mí me gusta Yoongi... –habló Kate en un susurro casi audible.

—Todos son jóvenes muy guapos, pero a mí también me gusta Jin, el loquito. –dijo mi madre y nosotras reímos.

Un desesperante golpeteo nos sacó de nuestra magic-shop y me dirigí rápidamente a la puerta. Su cuerpo temblaba tanto que parecía una hoja de papel moviéndose, sus dientes emitían un ruido extraño al castañar por las frías temperaturas y sus brazos cubiertas por un lanoso y grueso abrigo se abrazaban a sí mismo para contener la calidez. Me apartó y entró en mi pequeña morada sin pensar que estaría acompañada.

Los ojos de Kate se encontraron fijamente con los de él y un destello palpitaba en su mirada al tenerle tan cerca.

—Pensé... Mejor me voy. –gruñó.

—Oye, Min Yoongi. Tranquilízate. –dije usando un lenguaje semi-formal.

—No siento mis piernas... –comentó caminando de un lado a otro para crear fricción en sus extremidades

Mi madre de inmediato abrió paso entre las chicas y lo sentó en mi cama colocándoles algunas colchas gruesas encima. Me le acerqué mientras las chicas veían la escena sorprendidas, porque debido a mi cercanía ya los veía con más normalidad que antes.

— ¡Te escribí muchas veces pero no contestas el maldito teléfono! –dijo mientras se balanceaba de atrás hacia delante.

— ¡Lo siento, estaba siendo Army por un momento y ayudándote con las visitas! –reproché.