Alcanzar una Estrella [Kim Namjoon]

Capítulo 24

4 de diciembre, cualquier army sabría qué significaba eso; cumplía el abuelito del grupo, apodo que le otorgaba Jungkook a Jin por ser el mayor de todos. Sabía que después del Vlive harían una reunión porque siempre compartían entre ellos, así había sido en ocasiones anteriores como en el cumpleaños de Namjoon de Jungkook o de Jimin, que fueron las celebraciones posteriores.

Por la mañana había recibido un mensaje de Jin invitándome a compartir con ellos. Por lo que iría después de trabajar, pero le llevaría un lindo pastel con unas lindas flores que hagan juego. Me sentí feliz al ser incluida, pero por alguna razón me parecía extraño, ya que veces anteriores no podían hacerlo.

Mi jornada se consumió de mesa en mesa, pedido en pedido, una entrada a la cocina y una salida fugaz para atender a los clientes. Y eso que el día de hoy no había estado atareado como otras veces. En una salida de la cocina, mi mirada se fijó en aquel chico de atuendo de colores lúgubres, era Yoongi, parecía buscar a alguien dentro de los empleados, pero no parecía que fuera yo. Me acerqué para vacilarle un rato y hacerle sonrojar apropósito.

— ¿Vienes a joderme la paciencia? –cuestionó sin verme.

— ¡Ay, pero que inteligente! Por supuesto que sí, después extrañarás que lo haga.

—Lo dudo mucho, ya vivo con cinco personas que me ponen a prueba diariamente.

— ¿Y... Viniste a verme? –cuestioné mirándole fijamente, mientras hacia algunos gestos con mis cejas.

—Aish. Eres una mocosa muy impertinente. –dijo apartando su mirada del celular.

— ¡Lo sé! –contesté con una sonrisa y el negó con su cabeza ocultando una sonrisa. – ¿Deseas algo?

—Claro, que muevas tu odioso trasero de mi vista...

—Hoy te jalo las patas cuando duermas. –amenacé, pero entonces vi como su mirada se hacia la desentendida, como su pierna se agitaba aumentando su frecuencia, como relamía su labio con discreción.

Sonreí con una pizca de malicia y miré a donde él estaba viendo hace un momento. Y ahí estaba Kate anotando el pedido de unos extranjeros y sonriendo. Su larga cabellera oscura era muy linda, además de cuando sus ojos se convertían en eyes-smile por tener pestañas tan tupidas.

— ¡Te atrapé! –solté de repente haciéndolo brincar en su asiento. –Te gusta mi amiga.

—Claro que no. –contradijo centrándose en su teléfono nuevamente.

—Claro que sí, nada más mira cómo te pones todo nerviosito. ¡Qué lindo! –enfaticé.

Él viró los ojos y se estiró un poco.

—Me voy, ¿vendrás hoy?

—Creo que sí, haré todo lo posible.

—Bien, te veo. –dijo dispuesto a marcharse, pero me le acerqué.

—Te gusta mi amiga... –susurré entre risillas.

—Aish, ya deja de joder. Anda a trabajar.

— ¡También te quiero! Tonto. –grité.

—Lo que digas, loca. –respondió agitando su mano desde afuera.

Era viernes, eso indicaba que la ciudad estaría despierta hasta tarde, por lo que recorrí algunas calles buscando el pastel perfecto y las flores. Heonmin y yo nos acercamos a la parada de bus y abordé el transporte de mi ruta, agité mi mano a través de la ventana cuando arrancó, Heonmin respondió con el mismo ademán y con una sonrisa en sus labios.