Capítulo 14

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En la mañana siguiente, Julio se despertó sin muchas ganas de ir a trabajar, pero como estaba en una misión crucial, tuvo que sacrificar su comodidad. Se preparó para ir a trabajar y en el camino les mandó mensaje a sus dos amigos para que fueran a la televisora como lo habían platicado el día anterior. Ellos aceptaron y cada quien se dirigió hacia allá. Estando todos juntos, ingresaron a las instalaciones de la televisora e inmediatamente le pidieron indicaciones a la recepcionista.


-Buen día señorita, ¿me pudiera decir en donde encuentro al encargado del noticiero? -preguntó Julio amablemente.


-En estos momentos está en una reunión, pero pueden esperarlo en la cafetería y si quiere déjeme su número telefónico para que yo le avise cuando salga o pueden volver más tarde u otro día -explicó con una sonrisa.


-¿Cuánto crees que se tarde? -inquirió Julio buscando opciones.


-Pues como es fin de mes, deben de estar en una junta general y normalmente esas reuniones se tardan 2 o 3 horas e inclusive hasta 4 -contestó pensativa.


-Si es bastante tiempo; entonces lo mejor es que volvamos más tarde. Muchas gracias por tu atención - dijo con una sonrisa mientras se marchaba de ahí.


Sus amigos lo siguieron y en el estacionamiento platicaron durante algunos minutos.


-¿Cómo le hacemos? ¿Venimos otro día? - preguntó buscando la aprobación de sus amigos.


-Yo digo que vengamos cuando casi este anocheciendo, eso nos dará tiempo de que posiblemente lo transmita en el noticiero este mismo día -opinó Josué tapándose el sol con la mano.


-Si Julio, hagamos eso que dice Josué. No nos conviene que el caso de María se empiece a desvanecer -agregó acertadamente y también tapándose del sol con su gorra.


-Bueno, entonces nos vemos aquí a las 6 PM y tú Josué, nos avisas si ves algo raro en la estación de policías relacionado a todo esto -indicó dirigiéndose a su patrulla.


Luego de decir el plan, todos fueron a sus vehículos y se dirigieron a sus respectivos trabajos de ese día. Pasaron las horas y a falta de un par de minutos para la hora acordada, Jimena y Josué llegaron a las instalaciones de la televisora. Mientras tanto, Julio llegó un poco impuntual; ocasionando que sus amigos estuvieran molestos con él.


-Como buen mexicano, llegando después de la hora acordada. Si quieres abortamos la misión y cada quien conserva sus empleos -exclamó Jimena con sarcasmo.


-¿Qué pasó compadre? Nos hubiera avisado que venía tarde para no haberme salido tan sospechosamente de la oficina -reclamó cruzando los brazos.


-Ya tranquilos, ni que hubiera llegado tardísimo, solo me retrasé 15 minutos -evadió amigablemente.


Jimena volteó los ojos como signo de enfado y Josué solo negó con la cabeza mientras hacía una mueca de disgusto.


-Si van a estar así mejor me voy y les dejo esta misión solo a ustedes -dijo molesto por la actitud de sus amigos.


-No te quieras hacer la víctima con nosotros, porque todos estamos arriesgando mucho por esclarecer este caso -alegó un poco alterado.


Jimena al notar que los ánimos estaban tornándose muy intensos, mencionó para tratar de calmar a sus amigos.


-Les pido que paren esto de una vez por todas. Entiendo que están frustrados por todo esto, pero dejemos que el estrés se vaya para que a María le hagan justicia y no solo forme parte de una estadística escalofriante de feminicidios.

El monstruo del que me enamoré ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora