Al terminar de leer el quinto relato, Julio dobló y guardó las hojas del cuarto y quinto relato para que no les pasará nada. Después su amigo Josué comentó:
-A mi parecer, estos relatos no nos sirven de mucho. María si cuenta y da a entender que el tipo es violento y necesita ayuda psicológica, pero hasta el quinto relato aún no hay una prueba que nos haga actuar en contra de él.
-Tienes razón, debemos de seguir leyendo los relatos hasta encontrar una pista; aunque para actuar rápido, podemos interrogar a la amiga que tanto menciona en estos relatos. Puede que ella tenga alguna información relevante y que no esté aquí -sugirió Julio tratando de hacer su trabajo lo más rápido posible.
-Entonces vayamos a visitarla -mencionó Josué con disposición.
-Pero Josué, no sabemos dónde vive actualmente -le respondió Jimena con desaprobación.
Luego de eso, Julio se quedó muy pensativo y un par de minutos más tarde, se le ocurrió ir con la señora Gertrudis para buscar información sobre la amiga de María.
-Ya sé dónde buscar información -mencionó
Julio con entusiasmo.
-Lamento decirte que yo no podré acompañarte compadre, tengo que atender a otras personas sobre un robo que sufrieron -justificó Josué haciendo una mueca de disgusto.
-Si a mí me esperas un poco, si te acompaño. Solo tengo que entregar un informe y ya -mencionó Jimena.
-Claro, aquí te espero -accedió Julio con una sonrisa.
Después de eso, Josué se retiró de la oficina de Julio y Jimena ayudó a meter los relatos leídos al cofre. Cuando terminaron, ella también se retiró de ahí.
-Ahorita regreso -avisó Jimena mientras se dirigía a la salida de esa oficina.
Pasaron aproximadamente 20 minutos, cuando Jimena regresó a la oficina de Julio y en cuanto ella cruzó la puerta, él se levantó de su silla.
-Vámonos, no perdamos el tiempo -mencionó apurado.
Los dos se dirigieron al vehículo de Julio y cuando llegaron, se fueron directo a la casa de la señora Gertrudis. Al llegar, solo Julio se bajó del vehículo y tocó en la casa de la señora. Un par de minutos más tarde, abrieron la puerta e inmediatamente salió la señora Gertrudis.
-Buenos días señora Gertrudis, no sé si me reconozca. Soy el oficial Julio Sánchez -se presentó educadamente.
-Buenos días, oficial. Si me acuerdo de usted. ¿En qué le puedo ayudar? -preguntó amablemente.
-Solo quería preguntarle, ¿usted sabe dónde vive la señorita Melanie que era la amiga de María -explicó sus motivos.
La señora Gertrudis se quedó pensando por un momento, pero después dijo:
-La verdad no logro recordar si alguna vez me dijeron su dirección. Las únicas veces que platiqué con ella, fue cuando volvió a tener contacto con María y eso fue hace como 5 meses.
-¿Pero usted no nos podrá dar alguna pista de quién pudiera tener esa dirección? -inquirió Julio.
-Creo que les puede ayudar su prima Aurora. Ella era muy apegada a María -mencionó dándole una sugerencia a Julio.
-Gracias por la ayuda señora Gertrudis -dijo con una sonrisa.
-Estoy para ayudar y más si es para beneficiar al caso de mi querida amiga María -respondió de la misma manera.

ESTÁS LEYENDO
El monstruo del que me enamoré ©
Ficción GeneralMaría Tello ha sido asesinada. Investigando la escena del crimen, el policía Julio Sánchez encuentra varias hojas dónde María relata su vida después de conocer, al monstruo del que se enamoró. Obra protegida por derechos de autor. Se prohíbe la repr...