Al terminar de leer el segundo relato de María, Julio fue por un vaso con agua a un garrafón que había al final del pasillo donde estaba su oficina. Mientras tomaba agua, uno de sus amigos se le acercó y le comentó que uno de los familiares de María estaba en la oficina de policías. Él le dijo a su amigo que fuera a ver que quería el familiar, pero su amigo se negó, ya que él no sabía nada del caso; así que Julio fue hasta donde estaba el familiar y cuando llamó su atención, Julio se presentó.
-Soy el Oficial Julio Sánchez Orozco. Me dijeron que por aquí andaba un familiar de María -mencionó para confirmar.
-Yo soy el padre de María y exijo justicia para quien ocasionó esto -exclamó con la voz cortada y llorando.
El padre de María con lágrimas en los ojos decía todo.
-Le pido que se tranquilice, ¿señor? -preguntó para ser más cordial.
-Gilberto Tello -respondió limpiándose algunas lágrimas.
-Mire señor Tello, estamos haciendo todo lo posible para encontrar al culpable. De hecho en este momento le están practicando la autopsia a su hija y varios criminalistas están analizando las evidencias que hubo al momento del crimen -Julio le explicó a detalle para consolar al padre de María.
-Pero que tanto investigan si ya saben quién fue el culpable -dijo el señor Gilberto algo molesto y secándose las lágrimas por completo.
-En realidad solo tenemos el testimonio de su nieto Luis y con eso aún no podemos asegurar, ni acusar a alguien directamente. Lo único que podemos hacer por ahora, es presentar la denuncia por presunto feminicidio. Cuando los forenses nos confirmen la causa de muerte de su hija y los de criminalística nos confirmen que las huellas dactilares encontradas en la presunta arma homicida son del señor Felipe, procederemos a su búsqueda -siguió explicando tranquilamente para no alterar más a Gilberto.
Después de esto, el señor Gilberto se fue calmando poco a poco. Julio lo llevó a la cafetería de la oficina para que el señor comiera algo, ya que iba a esperar demasiado. El oficial le contó varias cosas para que se fuera olvidando un poco de su perdida, pero un par de minutos después, Julio le hizo varias preguntas al señor Gilberto para avanzar más en su investigación.
-Si me lo permite señor Tello, me gustaría hacerle varias preguntas -mencionó mientras se buscaba una pequeña grabadora en la parte trasera de su pantalón
.-Si claro, yo seré accesible en todo con tal de que encuentren al culpable -aceptó el señor sin problemas y más calmado.
Julio sacó la grabadora y la encendió.
-Bueno, entonces empezaré con las preguntas. ¿Su hija alguna vez le comentó de los maltratos que Felipe le proporcionaba? -indagó Julio con seriedad.
-Comentarme como tal no, pero cuando iba a la casa siempre traía una pequeña cortada en los labios y en la ceja. Incluso una vez llegó con un moretón en el cachete izquierdo.
-¿Cuándo usted le preguntaba lo que había pasado, qué le respondía María? -lo seguía interrogando mirándolo fijamente.
-La cortada en los labios me dijo que se la había hecho con el celular cuando se le cayó estando ella acostada. Lo de la ceja me dijo que fue por que chocó con una ventana abierta en la calle y del moretón me comentó que fue porque se cayó en su casa y se pegó en la cara -respondió con un gesto de disgusto.
-¿Usted le creyó a su hija cuando le decía eso? - siguió preguntando para intentar encontrar alguna pista relevante.
-La verdad no -mencionó aún con disgusto.
-¿Alguna vez confrontó a Felipe por el maltrato que le daba a María? -inquirió Julio moviendo un poco la grabadora.
-Eso solo lo hice una vez, pero cuando lo encaré, María se interpuso entre los dos y ya no pude hacer nada -dijo impotente.
-¿Cómo era su relación con Felipe antes de ver esos maltratos? -Julio seguía averiguando con mucho tacto.
-Cuando María lo presentó, se comportó muy amable, pero después se ponía muy serio. Con el tiempo me porte de una manera neutral con él para no ocasionar problemas -explicó.
-¿Y cómo fue su relación con el después de que usted viera esas cortadas y ese moretón? -cuestionó
Julio.
-Fue pésima, cada que iban a mi casa teníamos discusiones y siempre quise que María volviera a su casa de la infancia, pero él siempre se ponía a la defensiva - contó poniéndose furioso de tan solo recordar.
-¿Alguna vez vio cómo Felipe maltrataba a María? -preguntó por última vez, al ver el estado de ánimo del señor.
-Físicamente no, pero verbalmente si y cada vez que veía eso, le reclamaba para que le bajara a su mal carácter -mencionó enojado.
Al terminar esa respuesta, Julio apagó la grabadora y le dijo al papá de María:
-Eso sería todo señor Tello.
Julio le extendió su mano al señor Gilberto y este le correspondió con un apretón de manos.
-Le sugiero que mejor se vaya a su casa. El día de hoy no creo que pueda hacer nada aquí. Mejor venga el día de mañana -sugirió tratando de calmar nuevamente al señor Gilberto.
-Le agradezco lo que está haciendo por mi hija - expresó el señor Tello con voz entre cortada.
-Ese es mi deber señor y de verdad lamento su perdida, le doy mi más sentido pésame.
Julio le dio un abrazo al señor Tello y lo acompañó a la salida. Después de que se fuera el padre de María, Julio regresó a su oficina e hizo una llamada.
-Oye Gibran, ¿sabes si ya completaron la autopsia de María? -preguntó impaciente.
-La autopsia como tal ya, solo nos falta hacer el informe final -respondió su compañero.
-Pues apúrense. Debemos de iniciar con una investigación a fondo -exigió alzando un poco el tono de su voz.
Después de eso, Julio colgó y como no podía hacer nada por el momento en el caso de María, se puso a navegar por el internet para ver si podía encontrar algo útil en ese caso, pero no encontró nada en concreto. Pasaron las horas y cuando Julio se estaba yendo de la oficina de policías, su compañero Gibran lo alcanzó y le entregó el informe final de la autopsia de María. Julio lo guardó en su maletín sin ver lo que decía, a lo que Gibran le reclamó:
-Tanto nos apuraste que cuando te lo doy, lo ignoras.
-Gibran, en este momento no tengo cabeza para revisar papeles, ya cuando llegue a mi casa los reviso con más calma junto con los relatos de María.
Gibran solo le dio palmadas en la espalda a Julio y se despidió mientras caminaba en sentido contrario a él y Julio solo se dirigió a su auto para después irse a su casa. Estando en su casa se puso a cenar. Cuando terminó, fue a su cuarto y sacó el informe de la autopsia de María. En ese informe decía que la causa de muerte de María fue por desangramiento y todo indicaba a qué fue un feminicidio. La autopsia también decía las lesiones que tenía María al momento de su muerte. María tenía 15 hematomas en todo su cuerpo, dos los tenía en su brazo izquierdo y dos en su brazo derecho, tenía cinco en su pierna derecha; uno en la parte baja de su cuerpo, muy cerca de la vagina, dos más cerca de sus ojos, uno en cada uno y los últimos tres en la espalda. En la parte trasera de su cráneo, tenía una pequeña hendidura y tenía 9 puñaladas en todo el cuerpo que fue lo que causó su muerte. Julio al ver todo esto, dejó caer el informe y se frotó de manera lenta la frente con sus dos manos para después decir impactado e indignado:
-Pero qué clase de monstruo le haría esto a una persona.
Julio recogió el informe y lo metió a su maletín.
-Ahora si con este informe ya puedo iniciar una investigación más clara, pero tengo que llegar al fondo de esto y eso solo lo podré averiguar analizando los relatos de María -se dijo dispuesto a esclarecer el caso.
Julio abrió el cofre dónde venían las hojas. Enseguida tomó el relato número tres y lo empezó a leer.
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El monstruo del que me enamoré ©
General FictionMaría Tello ha sido asesinada. Investigando la escena del crimen, el policía Julio Sánchez encuentra varias hojas dónde María relata su vida después de conocer, al monstruo del que se enamoró. Obra protegida por derechos de autor. Se prohíbe la repr...