Terminando de leer ese relato, dijo seriamente:
-Señores del jurado, estás son pruebas contundentes de que ese señor que está sentado ahí, es un tipo violento capaz de todo y no merece seguir en las calles. Aquí están algunas pruebas como la autopsia de María, donde se específica el daño que tenía en su cuerpo al momento de su muerte y una de esas heridas, era una hendidura en el cráneo. También les muestro la prueba de como estando embarazada, Felipe le dio una brutal golpiza que por poco le costaba la vida a ella y a su hijo -detalló para desbaratar las pruebas de su contraparte mientras le entregaba el informe de la autopsia y de la vez cuando estuvo María en el hospital estando embarazada. -Estoy confiado en que ustedes harán lo correcto y no dejarán que Felipe vuelva a las calles para seguir haciendo daño a más mujeres. Sería todo de mi parte en este momento su señoría -terminó su alegato y la entrega de las pruebas de ese momento.
Enseguida, Fernando regresó a su lugar un poco tenso por todo lo que había dicho. En cuestión de segundos, el juez dirigió su mirada al otro abogado para que siguiera con el desahogo de pruebas, pero extrañamente prefirió pasar haciendo una cara que expresaba demasiada confianza.
-Está bien, entonces pasaremos con la parte acusatoria. ¿Tienen algo más que agregar al caso? - preguntó.
-Así es su señoría, pero antes de todo eso, debo decir al jurado, que espero se estén dando cuenta de las pruebas poco creíbles que está dando la parte del acusado, pero con este testimonio estoy casi seguro de que tomaran la decisión correcta y le harán justicia a María Tello. Llamó al niño Luis Gaona Tello al estrado -vociferó Fernando con firmeza.
Todas las miradas voltearon a ver al pequeño Luis, ya que era muy raro ver a niños testificar sobre un asesinato. Luis como era de esperarse estaba demasiado tímido hasta el punto que Josué tuvo que ir por él y acompañarlo de forma amable hasta el estrado. Llegando al lugar indicado, todos guardaron silencio y Fernando inició el interrogatorio a la única persona que fue testigo del asesinato de su madre.
-Pequeño Luis, ¿sabes quién es el señor que está sentado en la silla de ahí? -preguntó señalando a Felipe.
Luis estaba tan nervioso que no pudo responder en ese momento; así que Fernando le dijo de forma más amigable:
-Entiendo que estés nervioso, pero solo respira profundo y trata de relajarte un poco, ¿está bien?
-Sí, está bien, señor -respondió mientras seguía las indicaciones de Fernando.
Algunos segundos más tarde, Fernando observó que el niño estaba más tranquilo, así que le volvió a preguntar:
-Te repetiré la pregunta, ¿el señor que está sentado ahí, lo conoces?
-Sí, es mi papá -contestó aún un poco ansioso.
-Muy bien. ¿Alguna vez fuiste testigo de alguna pelea entre tu mamá y tu papá? -seguía interrogándolo muy calmado para no alterarlo.
-Sí, muchas veces vi como peleaban -comentó el pequeño Luis mirando a todos lados.
-¿Nos pudieras decir lo que pasaba en algunas de esas peleas? -inquirió Fernando.
-La verdad, recuerdo pocas peleas, ya que muchas veces me encerraba en mi cuarto por el miedo cuando comenzaban a discutir -empezó a decir.
Cuando comentó eso, Fernando lo interrumpió y le preguntó muy intrigado.
-¿Por qué tenerle miedo a algo tan normal cómo las peleas de pareja?
-Es que en esas peleas, mi papá le pegaba muy feo a mi mamá y en una de ellas, me empujó muy fuerte y me estrellé con la pared, abriéndome la cabeza. Aún tengo la cicatriz, miren -explicó mostrándoles a todos su cicatriz.
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El monstruo del que me enamoré ©
Narrativa generaleMaría Tello ha sido asesinada. Investigando la escena del crimen, el policía Julio Sánchez encuentra varias hojas dónde María relata su vida después de conocer, al monstruo del que se enamoró. Obra protegida por derechos de autor. Se prohíbe la repr...