Capítulo 30

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CHRISTIAN

Día Lunes, de vuelta a normalidad. No me quejaba pero si me hubiese gustado quedarme más tiempo en ese camping con mi dulzura. De pensarlo me ponía duro, últimamente eso era común desde que Anny y yo vivíamos juntos.

La primera cosa que hice fue cambiar de terapeuta, si, Karen me tenía harto de sus insinuaciones y yo no quería repetir la misma historia que con Elena, había aprendido mi lección.

Nuestro pueblo siempre hacía festivales entre ellos el Slide Into, nunca iba, no había razones para ir desde que perdí a John, pero la familia me convenció de ir. Porque no? Pronto nos casariamos y seríamos como éramos antes, unidos.

Lo que no me cansaba de ver era a mi mujer en short y camisetas las que fueran, la naturaleza de sus curvas era algo que me encantaba de ella. Mis sobrinos eran los más felices, junto a Ryan, el hijo de Leila y Paul. Fue entonces cuando vi que Karen había llegado junto a otras mujeres, la única que me interesaba era la que sería mi esposa, se lo hice saber.

-Tu eres la única-

Y así era, siempre sería la única en mi vida. Estábamos disfrutando hasta que escuche esa voz que no me gustaba.

-Hola Anastasia-

Boyce Foxx, la forma en que miraba a mi mujer no era de amigo, ni mucho menos del dueño de un perro que veía a su veterinaria. No, este hijo de puta me iba a encontrar tarde o temprano, Anastasia era mía.

-Hola Boyce-

-Sigues siendo la chica más guapa del pueblo-

De verdad?¡, me estaba jodiendo?¡, apreté mi mano en la cadera de mi mujer. Ella le respondió, porque la educación de mi dulzura estaba arraigada a su profesión.

-Hummm, gracias?, veo que también te vienes a divertir.....-

La charla paró en cuanto escuchamos los silbidos. Karen se había sacado prácticamente toda la ropa que traía y en un bikini que no dejaba nada a la imaginación, que carajos?¡. Como esto era familiar, el organizador casi le dio un infarto y la obligó a vestirse o se iba mejor.

De pronto sentí un tirón de mi dulzura y Leila ya la arrastraba al tobogán de agua.

-Hermana¡, ven vamos¡-

Leila la llevó corriendo, mientras tiraba sus sandalias a su madre, quien reían con Ray al ver a sus hijas divertirse. Paul se acercó a mí.

-La voy a azotar si esa puta camiseta se moja.....solo tienen un puto bikini de colores bajo eso....-

Que?¡¡¡¡ camisetas mojadas?¡, estaban locas las hermanas Steele o que?¡. Las vi deslizarse, pero al llegar  al final del tobogán, ya era tarde.

-Jesucristo....que ca....., nos vamos¡- Nadie iba a ver a mi futura esposa en una fantasía adolescente¡.

Luego ella misma se miró hacia abajo y miro a su hermana, las dos nos miraron con cara de inocencia pero la forma en que estaban las dos, no tenían nada de inocente. No sé quién actuó primero, si Paul o yo, la cosa fue que Leila fue sacada por su marido y yo eche sobre mi hombro a mi mujer. Adiós Slide Into y sus putos toboganes de agua¡.

-Christian¡¡, ya bajame¡, no puedes....auchhh- le azote su redondo culo.

-Ohhhh si puedo....y en este momento nos vamos porque no dejaré que ningún hombre te mire para comerte con la mirada dulzura. Eres mía-

Cavernícola, hombre de las cavernas y salvaje, fueron los apelativos que me dijo camino a nuestra cabaña, donde el resto del día la hice mía y comprobó que no se lidiar con los malditos celos, este era su futuro marido.

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