LA CHICA DEL PUEBLO

Capitulo 42

CHRISTIAN

Le dieron el alta dos días después y se fue donde sus padres, mierda¡. Tenían todo listo para la llegada del bebé y me lo perdí, todo para hacerle creer que ella no era quien me interesaba, sino el bebé que nos unía.

Las fiestas de Navidad y Año Nuevo, las pasé con mis padres. Fui a ver a nuestro hijo, le di un abrazo de Año Nuevo a la que fue él amor de mi vida y quería pedir tantos deseos, entre ellos que me amará como yo a ella, pero fue sólo un deseo.

Cuando estuvo embarazada, aún la contemplaba a lo lejos, ella no perdía su belleza, pero su cara era otra. Me extrañaría? O sería porque en verdad era un gran gilipollas como me decía Leila y mamá¡. Mia dijo que los hombres son unos estúpidos que teniendo la verdad en frente de ellos no la ven. Le pregunte que le pasaba a mi dulzura a Ray, él solo movió la cabeza y dijo que él no tenía nada que decirme, que esta vez era cosa de nosotros dos, pero que le hiciera cargo de nuestro hijo o está vez si me iba a cortar las bolas.

Me pasaba del rancho a ver a nuestro hijo recién nacido, a veces lo encontraba recién durmiendo y a mi dulzura recostada en la cama, era el antiguo dormitorio de Leila. Me detenía a mirarla por muchos minutos o por la hora que dormía mi demandante hijo. Que niño más glotón, se prendaba del pecho de su madre y succionaba su pezon, era el acto de amor más hermoso que había visto y era nuevo para mí. Con John no tuve eso, solo si Elena me lo permitía y con Carl lo hacía todo, hasta bañarlo y vestir su pequeño cuerpo para dormir.

Varias veces me quedé en esa casa, cuidando de nuestro hijo hasta que cumplió tres meses y ya era menos demandante.

Entre mi dulzura y yo, las cosas eran frías pero aun así, no eramos dos personas que se quisieran matar una a otra, muchas veces la encontré mirandome y ella me sorprendió mirándola. La maternidad la había puesto más hermosa aún, antes tenía curvas, pero ahora estaba más hermosa que nunca. Sus pechos llenos de leche, exuberantes me hacían tener fantasías eroticas en mis sueños, las curvas de sus caderas eran un poco más ancha, pensaba en fantasías con ella en mis noches en la casa de mis padres. La cabaña que teníamos ella y yo, se cerró porque nadie entraría en aquel lugar sagrado de amor que tuvimos Anastasia Steele y Christian Grey pues también fue la cabaña de mi padre, de Carl.

Llegó Junio y los preparativos de la boda civil, sería en el rancho de Katrina, mamá dijo que no en el de ella porque yo me casaba sin amor y eso era imperdonable, pero cumpliría con su rol de madre del novio y que invitara a los Steele porque eran sus amigos de toda la vida. Lo hice, pero supe que mi hijo lo llevaría Ray y Carla, ya que había dejado el pecho materno, tenía 6 meses, su pelusas de pelo eran cobrizas como el mío y tenía los ojos de su madre. Mi dulzura no me amaba, porque no iba a ir?, hice esa pregunta a Paul y este movió la cabeza para decirme lo que todos me decían.

-Christian te has convertido en un buen amigo pero eres un gilipollas, nunca te darás cuenta que estas equivocado en todo.

Los almuerzos familiares eran en total silencio con Katrina a mi lado, no la hacían sentir incomoda, pero el aire que se respiraba era solo para que yo no me fuera ya que era su hijo y mis decisiones las iban a respetar aunque no estuvieran felices.

Paul me ayudó a comprar mi traje, un nuevo anillo de compromiso había en el dedo de mi prometida, aquel que compré para mi dulzura, quedó en aquella cabaña, junto a todos nuestros recuerdos. La luna de miel sería en Nevada, ni siquiera sabía porque iría ahí.

Había llegado el día, me creerían que invite a José Rodríguez, el juez Hamilton y hasta los Steele no fallaron en venir. Eran los amigos de mis padres, algo extraño sentía en mi estómago, supongo que eran los nervios de ser un hombre casado. Si imbecil¡ con una mujer que no amas....estúpido idiota de mierda. Vaya conciencia la mía.