Y lagrimas ensartadas. Y la orquesta sonando.
Y la música ensordeciendo.
Y la persona pensando.
Y las personas muriendo. Y la batalla terminando.
Y la monotonía de nuevo repitiendo. Y las hadas enjauladas.
Me gusta considerarme un genio. No por ego. Si no por auto superación. Ni os lo creeréis pero sé que a veces hasta una película es capaz de producirnos diferentes pensamientos. Sea por la historia, o por algún personaje, por el cual nos veamos reflejados. Hasta que todo da un vuelco.
Muchas me dicen, que si no sé cómo completar algo, que lo quite. Yo digo que es mejor dejarlo, porque así la persona que lee algo concluye con el final que más le guste.
Es como un túnel, el cual, en el final, hay varios caminos, unos visibles e invisibles. No es de genios elegir uno, puesto que solo los dioses saben cuál es el final de cada uno de ellos. Y si, ellos tampoco saben cuál coger. Puesto que, al saber el final de cada uno, demuestran no saber cuál es el correcto. Ya que nunca hay camino correctos o incorrectos, al igual que las opciones, pensamiento, o palabras.
ESTÁS LEYENDO
Simplemente palabras
CasualeCuando creas que lo hayas leído, comprenderás que no lo hiciste.