Texto 31

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Tomamos decisiones. Muchas de ellas mal. Pero se quedan ahí. Como el silencio. Sin embargo... para que mentir. No hay sin embargos, ni peros, ni nada. Si tomamos una decisión, pasamos una experiencia o lo que sea. Aprendemos de ella, queramos o no. Y no lo digo por decir. Lo digo porque me cansa y entristece ver como hay personas que deciden no cambiar. Deciden no seguir adelante, quedase ataras y retroceder, olvidando todo por lo que han luchado y conseguido. Dirás que los deje, que haya ellos con su vida. Pero sinceramente, no puedo. Admito que he intentado ayudar a más de una persona, que se quedó atrapada en el pasado. No me hicieran caso. Después, vinieron diciendo que yo tenía razón. Que me debían de haber hecho caso. Y mi pregunta es,

¿Cuántos de nosotros habremos ayudado y no nos han hecho caso? Estoy seguro que más de uno se siente identificado con estas líneas.

Perderme, sería lo más sabio, tal vez. Un pisito pequeño, pero que cubra todas mis necesidades. Solo la fragancia de los libros, con la pequeña luz del atardecer entrando por la ventana. Sería más que suficiente para poder encontrar la paz en este mundo que hablar sin escuchar. Y escucha sin pensar. Triste, que no pueda decir porque todo esto. Pero es feliz, ver como algunos de vosotros sentís que os hablo directamente. Seguro que queréis decir esto a más de una persona. Te doy gracias, tú, que me has hecho caso más de una vez. Tú que has seguido mi consejo. Pero tú, amigo que anda perdido, sin encontrar su piso. Estás a tiempo de seguir hasta tu habitación y perderte. Para así encontrar la paz.

Simplemente palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora