Y el leve sonido del piano se entremezcla con los oscuros silencios de las personas de la sala. Danzantes con la muerte en el progresar de la noche. Los ritmos avanzados de la canción que está siendo tocada por el pianista hacen de la canción y de los vítores de la sala, una fiesta en la que no se celebra nada. Pero no hablemos de este momento. Dejémoslo estar. Hablemos del jardín. Tumba de secretos, guardián de bellezas inolvidables. Antagonista de todo aquello denominado horripilante.
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Simplemente palabras
RandomCuando creas que lo hayas leído, comprenderás que no lo hiciste.