Texto 58

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Sé que debería cambiar. Ser otra persona. Una mejor. ¿Pero que le hago? Me alegro de ser quien soy. Me gusta saber que soy quien soy por haber aprendido como es la vida por las malas. Realmente estoy cansado de que lo intenten. De que una y otra y otra... Siempre igual, y con resultados nulos. ¿Qué nunca llegare lejos siendo quién soy? Y yo pregunto, ¿ahora eres adivino/a? Si pienso cosas que no debería no te dediques a darme los mimos motivos que te dan a ti cuándo estas en la misma situación... Por las malas aprendí a que todas las vidas son como las de una casa. Si no la limpias, se llenara de mugre. Se acabará rompiendo y derruyendo todo. En el que al final solo quedara el exterior. Sin embargo. Se nos olvidó que con cada derrumbe hay una nueva construcción. Se crea vida nueva. Nuevas personalidades. Nuevos amigos. Nueva familia... Todo tendrá un fin, pero cada fin da lugar a un nuevo comienzo. ¿Seriamos capaces de vivir con la misma personalidad con la que nacemos durante el resto de nuestros días? ¿Seremos capaces de no cambiar nada de cómo somos? ¿Seremos capaces de cambiar nuestros propios muebles? Por mucho que limpiemos nuestra casa, siempre quedarán restos, y volverá a renacer la mugre. Creo que es hora de que nos empecemos a dar cuenta y que simplemente vivamos con los muebles que nosotros queremos. O sin ninguno. 


(Nota del autor  para las personas poco lucidas,los muebles son nuestra personalidad y la casa es somos nosotros. ¿Seriamos capaces de vivir sin casa y sin muebles? Creo que sí. El ser humano ha demostrado cosas infames. Solo sería una más de ellas).

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