Texto 82

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A veces es fácil olvidar recuerdos. Creemos que es fácil olvidar palabras y personas. Nos creemos que nos sentimos seguros y aun así, aquello que queremos olvidar perdura en nuestra mente. Somos humanos al fin y al cabo, demonios personificados castigados a perder la cordura, y la poca humanidad que nos queda. Somos seres destinados a morir, pretendiendo olvidar nuestro paso, como si fuera un cuento... Como si fuera algo que pudiésemos desechar tan fácilmente. Solo tenemos que mantenernos en silencio 5 miserables segundos y ver como aquel momento que hemos vivido, se repite una, otra y otra vez hasta que nuestras agónicas lágrimas se hacen presentes. Ojala las lágrimas fueran de alegría... Pero no. Nuestras lágrimas son de un sentimiento triste y desenfrenado, por la incapacidad de no poder eliminar aquello que queremos no recordar. Viviremos en un recuerdo monótono, en el que por suerte, no recordaran nuestros nombres, pero si lo hacen, suerte para que no sea por aquello malvado y despreciable que hiciste una sola vez.

Simplemente palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora