Capitulo 1 Origen

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Narrador omnisciente

Año 1500

Todo era oscuridad, todo se sumía en un intenso silencio. Él lo sabía, él sabía lo que se aproximaba no podía haberlo planeado mejor. Solo basto con endulzar sus palabras hacia esa estúpida humana, con citarla en lo más profundo del bosque, que viera su verdadera identidad y arrebatarle su inocencia.

Disfruto tanto sus suplicas, su llanto pidiéndole que se detuviera, pero eso solo lo motivo para ser mas brusco dejándola completamente destrozada.

Una vez satisfecho solo la dejo ahí, como si fuese basura, no le importaba lo que sucediera con ella pues acababa de sembrar su semilla, solo tenía que asegurarse de que la estúpida no cometiera ninguna tontería.

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Solía visitarle de noche le encantaba verla gritar por ayuda, pues le temía y eso él lo disfrutaba.

Ella había terminado en un convento, las monjas la encontraron al día siguiente de lo que hiso y decidieron ayudarla, jamás comentaron ellas nada pues por el aspecto de la mujer sabían lo que había sucedió.

Le arrebataron su inocencia e ilusiones dejando solo un caparazón vacio.

Así pasaron los nueve meses de gestación pues sí, ella quedo embarazada y al enterarse se volvió completamente loca, intento suicidarse e intento sacar al bebe de su cuerpo, las monjas evitaron aquella atrocidad a toda costa pero sabían que la mujer ya no estaba bien mentalmente, poco a poco se estaba dejando morir.

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-¡No puedo más!.- gritaba completamente segada por el dolor, su rostro estaba completamente empapado de sudor, sus manos se aferraban con fuerzas mientras pujaba, pues el momento había llegado. El momento de dar a luz, el momento que aquel ser lleno de odio tanto había esperado.

-Solo un poco más .- susurraba una de las monjas, aquella que estaba llevando el parto.

-¡Saquen esa cosa de mi!.- había en total cinco monjas, una de ellas sujetaba sus manos y limpiaba el sudor, las demás atendían el parto, traían mantas y gasas pues se encontraba perdiendo mucha sangre.

-Ya veo la cabeza.- comento.- Solo un poco más.

Se encontraba desesperada, ya no podía seguir de esta manera, no soportaba aquel dolor que desde meses la atormentaba. No sería la misma, no podría.

De pronto, un fuerte llanto se escucho en toda la habitación.

Y a lo lejos, en un lugar recóndito. Se encontraba sentado en su trono, una sonrisa malévola marcaba su rostro pues al fin su heredero había llegado.

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Las monjas estaban preocupadas, pues aquella mujer no había querido ver al bebe, ni siquiera quiso alimentarlo, pero por suerte un poco de leche para aquel infante, pero siendo solo un bebe necesitaba completamente a su madre. Rogaban al cielo porque el corazón de ella se ablandara, el pequeño no tenia culpa de las atrocidades que paso.

Ella estaba débil, sabía que poco a poco su vida se iba acabando. No tenía salvación y no sabía cuál fue el mal que había hecho para todo lo que paso.

Pero las personas suelen ser muy escépticas al hablar de las almas eternas, no creen en ello pero Satacha si, aquel ser que no le importo tomar a una dulce joven pues sabía que era su alma, pero el solo buscaba una cosa. Lo consiguió y ahora, esta por reclamar lo que le pertenece.

THE DARK KING (actualizando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora