Capítulo 23 La realidad de las cosas

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Elena

Han pasado un par de días desde que regresamos de la aldea. La verdad es que no me puse a medir en los riesgos de haberme ido sola, Razvan tiene muchos enemigos.

Es el Principe Oscuro

¡Por dios!

Ha estado inquieto los últimos días, Jôsghel ha estado ocupando sus pensamientos últimamente.

-Hola Elena.- me giro hacia Loan.

-Hola.- observo detrás de el.

-Esta con la Guardia.- responde a mi pregunta no formulada, suspiro.

-Busca a Jôsghel.- asiente, me encuentro leyendo el en jardín. Razvan se encargo de que este lugar estuviese perfecto para mi, le solicito a un par de brujas que ambientaran el lugar para que pudiese venir aquí y relajarme.

Es un hermoso paramo con un pequeño kiosco equipado con todo lo que llegue a necesitar, hay muchísimas rosas y siempre se mantiene floreciendo como si las flores jamás se secasen.

-Últimamente no pasamos mucho tiempo juntos.- comento mientras cierro mi libro y me enfoco en Loan.

-Tienes que entender que el saber que Jôsghel esté vivo, los problemas con Satachia y una posible guerra.- suspira.- Creo que eso te distrae.- comenta irónico.

-Lo entiendo Loan y no pretendo parecer una chica desesperada por la atención de su novio pero...

-Lo necesitas.- complementa por mi mientras asiento.

-Quizás estoy siendo una exagerada.

-Nunca debes de guárdate lo que sientes.- se pone de pie ofreciéndome su brazo.- Te aseguro que Razvan debe de estar más necesitado de ti que tú de el.- sonríe mientras caminamos de regreso al castillo.

-Aun no logro asimilar el gran papel que tiene Razvan ni todas sus responsabilidades pero...

-Es tu novio y quieres pasar tiempo con el.- termina por mi.

-Me siento avergonzada.- nos adentramos al castillo.

-No lo estés, Razvan es bastante intuitivo hacia ti, te aseguro que justo ahora mismo debe de sentirse desesperado por estar a tu lado.- me deja al borde de la escalera.- Dale tiempo.- asiento.

-Que descanses Loan.

-Dulces sueños princesa.

Ambos nos despedimos mientras comienzo a subir las escaleras, me dirijo a lo que ha sido mi habitación con Razvan por un tiempo. Suspiro al adentrarme al lugar e impregnarme del aroma tan característico de el.

Me apresuro a tomar una ducha, la verdad es que tengo demasiado sueño últimamente Razvan llegaba tarde y hacia lo posible por esperarlo despierta pero la verdad no podía.

Suspiro mientras termino hago mi habitual rutina de noche.

Una cama vacía.

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Unos roses en mi rostro logran despertarme.

-Elena.- abro los ojos para encontrarme con el rostro de Razvan.

-Hola.- respondo completamente somnolienta mientras me levanto.

-Mi dulce Elena.- me atrae a sus brazos y suspiro. Realmente necesitaba esto.-Lo lamento.

-¿De qué hablas?.- me alejo un poco para observarlo, esos profundos ojos negros que antes me causaban temor ahora no logran más que cautivarme.

-He dedicado demasiado tiempo en buscar a Jôsghel que he descuidado a lo único que le da sentido a mi vida.

-Razvan...- interrumpo, pero niega mientras se levanta de la cama, no me percate de la pequeña lámpara que estaba encendida.

-Se que he sido un imbécil por no dedicarte tiempo Elena, no es justificación el hecho de que esté buscando a Jôsghel para capturarlo y evitar que te lastime pero,-suspira mientras me observa.- Soy yo quien te ha lastimado.

-Entiendo lo que estás haciendo Razvan.- exclamo, se acerca hasta sentarse en la cama, toma mis manos y las besa.-En realidad no comprendo los alcances de Jôsghel. No tengo idea de quién es y de lo que es capaz de hacer. Y quizás me estoy comportando como una niña pequeña que quiere atención...-

No soy capaz de seguir porque los labios de Razvan me interrumpen.

¡DIOS!

Como extrañaba sus besos.

Me atrae a sus brazos hasta sentarme en sus piernas, mis brazos los paso sobre el para atraerlo más a mí, muerde un poco mi labio inferior logrando que entre abra mis labios, introduce su lengua en mi boca logrando que gima de placer, sus manos se aferran más a mi cuerpo, pero la falta de oxígeno nos hace separarnos.

Ambos nos observamos intentando normalizar nuestra respiración, sonríe mientras acaricia mi rostro, suspiro y me recargo en el.

-Eres mi pequeño paraíso Elena y mi completa perdición.- sonrío como una tonta enamorada.

-Eres mi demonio Razvan, eres mi luz en la oscuridad.- me observa con tanto amor y cariño.

-Ven.- ambos nos acomodamos en la cama, lo único que hace es quitarse los zapatos y abrir los primeros botones de su camisa. Me atrae a sus brazos y suspiro. Extrañaba esto.- Aun es de madrugada, será mejor volver a dormir.- asiento algo somnolienta y me pierdo en el calor de sus brazos.

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Razvan

Verla dormir tan tranquila, en mi castillo, en mi cama me parece completamente irreal, jamás ni en mis más oscuros pensamientos llegue a imaginar que ella estaría aquí conmigo.

Aun no amanece, pero no puedo seguir durmiendo, me acerco a mi mujer y deposito un beso en su frente, salgo lentamente hasta el gran comedor en donde se encuentra Loan.

-No me sorprende que estés despierto.- comenta mientras me siento justo aun lado de el.

-Hable con Elena anoche.

-Nos escuchaste en el jardín.- asiento, acababa de llegar y justamente iba pasando cuando escuche a Elena decir todo ello, me di cuenta que en mi intento por protegerla de Jôsghel yo le hacía daño.

-No puedo creer que fuese tan descuidado con ella.

-En lugar de lamentarte mejor intenta recompensarla.

-Necesito que te encargues de todo lo relacionado con Jôsghel y Satachia.

-¿Piensas que se unirán contra ti?.- pregunta y niego.

-Satachia odia a Jôsghel, pero prefiero mantenerlo vigilado.- asiente.- Busca Gabriel.

-Con gusto.- sonríe y niego.

-No pierdas tu tiempo con ella, créeme que no le interesas.

-Eso lo veremos.- se pone de pie.- Pasa tiempo con tu mujer.

-Adelantare la presentación. Se sorprende.

-¿Estás seguro?.- asiento mientras me reincorporo.

-Es momento que el reino entero sepa de la existencia de Elena.

THE DARK KING (actualizando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora