Capítulo 3- S a r a

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S a r a

Massachusetts/ Navidad

Toda la familia está sentada frente a la chimenea, estamos apunto de empezar a repartir los regalos del intercambio tradicional.

—Vamos Sasha, te toca regalarle a Will —dice mamá con ese tono demasiado chillón.

Sasha es mi hermana mayor. Will es el hijo del vecino que es como un hermano más, tiene la misma edad que Sasha, 28 años.

—No sabía que regalarte, así que busqué lo que a cualquier hombre se le puede regalar —Sasha le pasa la caja. Will en cuanto ve lo que hay dentro se sonroja.

—¡Que lo muestre! —gritamos al unísono tratando de sonar entusiasmados.

Will saca unos calzoncillos amarillos con pequeños patos dibujados, también saca otro negro con dragones verdes. El último es el que más nos hace reír, un calzoncillo blanco con la frase: que me parta un rayo si Trump vuelve a la presidencia.

—Oh, Sasha, vete al diablo —dice Will riendo.

—Ahora va Cris que le tocó regalarle a Philippe —exclama mamá, secándose dramáticamente una lágrima.

Cris rueda los ojos y de mala gana le pasa el obsequio a Philippe. Mi mamá ignora el acto, pero yo siempre me percató.
Cris es mi hermana menor, tiene 18 años, nunca ha tenido buena relación con Philippe que es el novio de mi madre. Cuando mamá nos presentó a Phillippe nadie estuvo en desacuerdo, solo Cris. Y ciertamente a mí nunca me importó tener una relación "hija-padrastro".

—¡Wow! Es…, bonito. Gracias —dice Philippe ocultando la decepción de ver el libro que Cris le regaló.

—¿Cuál es? —pregunta Will asomándose a la caja.

—"El odio que me das" —Phillipe sonríe falsamente—. Se escucha bien, me lo leeré y te digo que me parece.

—Ni te esfuerces por decirme tu opinión —murmura Cris.

Mamá hace un sonido con la garganta y el silencio incómodo desaparece.

—Le toca a Sara. Le regalas a Mamá —Sasha aplaude como foca y me da un empujón en el hombro.

Le paso el regalo a mamá. Esta mañana me esforcé mucho en envolverlo, realmente soy mala haciéndolo, y al final quedó horrible.

—¡Oh Dios mío! —ella es así, exagera como si le estuviera obsequiando una casa. Obviamente es falsedad pura—. ¡Un portarretrato!

—Tiene una foto de nosotros —le digo y ella se acerca a abrazarme. Un abrazo al año no hace daño, pienso.

—Gracias Sara, nena.

Así continuamos la noche intercambiando los obsequios. Will me regala un suéter, mamá le regala a Cris una mascada más costosa que un coche. Carlos, mi medio hermano, el más pequeño de la familia, le regala al perro una galleta y todos sonreímos con ternura.

—Juan y Merry prometieron traer regalos la próxima Navidad —dice Philippe.

—Si nos hubieran dicho que harían intercambio hubiéramos comprado obsequios —exclamó Merry y mamá hizo un ademán con la mano quitándole importancia.

Juan y Merry son los padres de Will. Todas las navidades llegan con las manos llenas de envases con comida mexicana casera. Desde que tengo memoria nunca participan en el intercambio, son un poco tacaños, pero ambos son personas muy buenas y amables.

La madrugada entra dejando la noche atrás. Sasha lleva a la cama a Carlos y no vuelve a bajar, Cris subió desde temprano con la excusa de que se sentía cansada. Juan, Merry y Will se retiran también.
Me quedo con mamá y Philippe en la sala escuchando las noticias en la televisión. Nunca lo hago, por extraña razón prefiero no subir a mi habitación aún.

Ilústrame, píntame y no me dejes [En Edición] (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora