Capítulo 1- S a r a

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S a r a

Massachusetts/ Diciembre

—¿Qué haces aquí padre? —pregunté asustada.

No contestó, solo entró sigiloso, sonriente como un lobo viendo a su presa. Volví a sentir y ver cada elemento. La luz del jardín entrando, sus pasos sigilosos como si yo siguiera dormida y temiera despertarme, el olor que desprendía el cigarro, y mi creciente temor y sentido de supervivencia avivando cada segundo.

La cama se hundió cuando su peso cayó en ella. Recorrí las piernas hasta que tocaron mi pecho, y cuando me tocó apenas con la punta de los dedos desperté del terrorífico sueño.

Jadeante me senté en la cama, mi piel está pegajosa por el sudor, la arcada me hace correr al baño y vomitar lo poco que tenía en el estómago. Hace años que no tenía esta pesadilla, supongo que volvió por el estrés y ansiedad de lo que haré mañana.

Aún sudorosa y con la boca amarga, salí de la habitación. No toqué la puerta, solo me adentre a la tenue habitación, me dejé caer en la cama y la abracé. Cris sobo mi cabeza, murmuró algo que no comprendí y me abrazó con la misma intensidad que la caracteriza.

Cuando desperté estaba sola en la cama, mi hermana sale muy temprano de casa evitando toparse con mi madre. Con prisa me puse presentable, metí en mi bolso el celular, mis pastillas y las cartas de presentación.

—Ven a desayunar, Cristina de nuevo salió temprano —mi madre salió con su horrenda bata rosada de la cocina, señaló la mesa donde estaba un desayuno ya servido—. ¿Estás bien?

—Si. Y no tengo hambre.

—¿A dónde vas con esa pinta?

Observé mi propio cuerpo como si no recordara lo que llevo puesto; solo una camisa negra de seda y unos jeans azules, mi ropa no tiene nada de especial, pero tampoco nada malo. Odio la forma en que ella me mira, como si todo estuviera roto, solo lo está una parte.

—Voy con Susan —respondí por fin a su pregunta.

—Si vas de compras, compra ropa linda, nena.

—Ojalá vendieran nuevas vidas y personalidades, poder tomar una y pagarla en caja —murmuré y tomé una manzana del frutero antes de adelantarme a la puerta.

—¡Sara!

Me gire con el pomo de la puerta en mano y la manzana en la boca apunto de darle la primera mordida, mi madre pareció debatirse entre decir o no decir lo que estaba pensando, al final no dijo nada, y yo lo agradecí. Suficiente tengo ya, no soporto los diálogos con ella cuando se trata de opinar sobre cualquier asunto de mi vida.

Susan ya está a mi lado esperando que meta las cartas en el buzón, tenía quince minutos esperando en la fila y al llegar mi turno me quedé perpleja.

—¿Estás dudando Sara? —dijo mi mejor amiga— Maldita sea, solo mándalas.

—¿Y si me llaman?

—Entonces te irás. Sara vamos, es lo que quieres, lo sabes. —Pensé de nuevo las posibilidades, quedarme o irme, dos opciones tan sencillas y complicadas.

—¡A la mierda! —tiré las cartas en el buzón, Susan chillo emocionada y me abrazó.

—Te vas de Massachusetts —brincó emocionada, y desee que un poco de su emoción se me contagiará.

—Al menos el esposo de mamá estará contento.

—Y tú también. Cris y yo te apoyaremos en todo, en cada maleta que tengas que empacar.

—Tu no empacas ni tus propias maletas.

—Lo sé, no fue literalmente —dijo riendo—. Estarás bien.

—Eso espero, quiero irme pero...

—¡Ay Sara! Deja de poner excusas. Verás como todo saldrá bien. Mientras tú estás en otra parte del mundo trabajando, yo estaré contando billetes de abogaduchos —Susan es contadora y economista—, te mandaré buenas vibras.

—Aún no le digo a nadie que mandé esas solicitudes.

—Pero lo harás —rodeo mis hombros con su brazo y sonreí sin ganas.

—Lo haré —siempre lo hacía.

No temo a los cambios, tengo miedo de fallar. Me asusta darle de nuevo la razón a gente que piensa todo lo malo de mí, le temo considerablemente a escuchar a mi madre decir "te lo dije, te dije que no podías".

Y odio profundamente sentirme como una niña asustadiza, odiando todo, pero intentando querer todo lo bueno de nuevo. Me preocupa que así sea como siempre me sentiré.

Ilústrame, píntame y no me dejes [En Edición] (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora