Hoy me ha costado levantarme de la cama más que nunca. Por eso, cuando bajo las escaleras, no me sorprende ver que soy la última en sentarse.
Normalmente solemos desayunar solas pero hoy nos acompaña Will. Me siento en el mismo sitio de siempre y mi madre le pide a Carmen un plato para mí.
—¿Qué tal has dormido?
—Ayer me acosté tarde, pero bien.
Sé que Dylan no está sentado a la mesa pero aun así dirijo mi mirada hacia la silla que hay a mi lado.
—Esta noche Will y yo hemos quedado con unos amigos para cenar. ¿Vais a poder estar solos sin discutir?
—¿Solos? —Le miro extrañada—. ¿Y Mat?
—Tiene planes.
—Entonces sí, estaré sola —le corrijo—. Dylan desaparecerá como siempre.
—Intentad ser responsables —me advierte.
—Sí.
Que mi madre no esté esta noche no me supone un problema, ya que he quedado con Logan y voy a estar bastante ocupada investigando un poco más sobre la chaqueta de la que habló Erika.
Cuando Will llega de trabajar por la noche, mi madre y él se preparan y se marchan dejándome sola. Subo a mi habitación para vestirme pero me detengo en la puerta cuando recibo un mensaje de mi madre.
Camino hacia el baño y me doy una ducha rápida. Selecciono del armario unos vaqueros, un top blanco acompañado de una blusa vaporosa blanca y unas zapatillas, y me arreglo rápidamente.
Bajo las escaleras y entro directamente en la cocina. Cojo la botella de agua de la nevera y me sirvo un poco en un vaso. Descubro a Dylan observándome en el pasillo mientras coge las llaves de la puerta de la entrada y desaparece en el garaje.
Desde la cocina escucho cómo arranca el coche y sale a toda velocidad del garaje. No puedo decirle que voy a ver a Logan, seguro que me seguiría como aquella vez en la cabaña y al final terminaría pillándonos. Necesito solucionar esto por mi mejor amiga.
Salgo de casa en dirección a mi coche. Abro la puerta y entro dentro de él. Antes de arrancar el motor envío un mensaje a Harper para que sepa dónde voy a estar por si llegara a pasarme algo.
Mientras avanzo por el vecindario observó la tranquilidad que siempre lo envuelve. Ya estoy acostumbrada a vivir aquí. Todos los vecinos son muy agradables y me han recibido con los brazos abiertos.
Mi teléfono empieza a vibrar dentro del bolso. Pienso por un momento en cogerlo pero me centro en la carretera, no quiero tener un accidente. Cruzo varias calles antes de detener el coche en la puerta de su casa.
Estoy tan nerviosa por lo que pueda pasar.
Llamo al timbre y rápidamente Logan abre la puerta. Me recibe con un beso en la mejilla y me deja pasar. Caminamos directamente hacia la cocina y el olor a palomitas recién hechas invade mi nariz. Saca la bolsa del microondas y las echa en un bol.
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No temas al amor
Teen FictionNunca creyó que él llegaría a romperle el corazón. Madison creía que el primer amor sería perfecto y que Dylan, el chico de sus sueños, nunca llegaría a romperle el corazón. Pero lo único que necesitaba era algo que la devolviera a la realidad. ...