La noche no trascurre como esperaba. Todos estamos en completo silencio desde que Dylan se ha ido y ninguno entabla conversación por miedo a meter la pata. Mi madre sube el volumen y todos los invitados se levantan a bailar.
Logan arrastra su silla y se levanta de un salto. Me ofrece su mano y nos unimos a los demás en el centro de la sala. Erika y Harper se animan a bailar junto a dos invitados que acaban de conocer y Mat aprovecha la oportunidad para saca a bailar a la chica que ha conocido en el vestíbulo.
Localizo a Dylan en la barra. Lleva un vaso en la mano y por lo que veo no es un refresco lo que está bebiendo. Logan pone su mano en mi mejilla y me obliga a mirarle.
—¿Estás bien?
—Sí.
El ambiente ha cambiado. Ahora todos están más animados y se lo están pasando realmente bien. Se acaba la canción y empieza a sonar una un poco más lenta. Will saca a mi madre a bailar y los observo mientras dan vueltas a nuestro lado. Logan se acerca a mí pero lo detengo.
—Ahora vuelvo.
Me separo de él y camino hacia la barra. Me paro enfrente de Dylan, le estiro del brazo y le obligo a levantarse pero él niega con la cabeza. No acepto un no como respuesta y tiro de él hasta la pista de baile.
En la pista comienza a sonar Get You the Moon, de Kina. Rodeo su cuello con mis brazos y él pone sus manos en mi cintura, rompiendo la distancia que nos separaba. Empezamos a movernos lentamente por la pista al ritmo de la música completamente absortos el uno en el otro, como si el resto del mundo no existiera. Se siente tan bien, quiero que este momento dure para siempre.
—Dylan, ¿estás bien? —Tiene las pupilas dilatadas y pequeñas gotas de sudor caen por su frente. Está nervioso por algo.
—¿Quieres saber por qué Logan no es bueno para ti?
Dylan mira hacia todos lados, coge mi mano y me lleva fuera del salón. Entramos en un pequeño jardín que hay alrededor del hotel. Nos detenemos en ese lugar. Se frota el pelo nervioso y con el pie golpea una piedra que hay en el suelo.
—Supongo que Erika ya te ha contado lo que paso hace dos meses en aquella fiesta.
Asiento.
—No tenemos todavía pruebas para demostrarlo pero James encontró a Logan junto a Erika en una de las habitaciones de la casa donde se celebraba la fiesta. Ella no paraba de llorar y estaba bastante alterada. Confío en mi amigo y sé que no me engañaría con una cosa así. Por eso no quiero que te acerques a Logan. No tiene buenas intenciones y puede hacerte mucho daño si se lo propone.
Dylan espera una reacción de mi parte pero no tengo palabras.
—¿Madison?
—Necesitamos pruebas. —Me acerco un poco más a él—. Erika nos comentó que aquel chico llevaba una chaqueta verde en la fiesta. Si es Logan debe tenerla en su casa.
—¿Cómo las del equipo de futbol del instituto?
—Sí.
—¿Qué propones?
—Logan no sospecha que yo pueda saber nada de lo que ocurrió. Usaremos eso en su contra.
—¿No pensaras hacerlo tu sola? —Noto cierto tono de preocupación en su voz.
—Dylan, si te metes tú en medio puede que perdamos la oportunidad de pillarle. Necesito que me dejes hacerlo sola.
—De acuerdo. —Suspira—. Si llegaras a tener algún problema quiero ser el primero al que llames, ¿vale?
Abro los ojos ilusionada por sus palabras y asiento sin pensarlo. Después de todo lo que ha pasado entre nosotros me sorprende lo preocupado que está por mí.
—¿Por eso fuiste a la cabaña de Logan, por miedo a que me hiciera algo?
Dylan se aleja un poco al darse cuenta de la poca distancia que nos separa y agacha la cabeza para mirar al suelo.
—Creo que deberíamos entrar —dice evitando mi pregunta.
—Sí. —Cedo porque sé que si él no quiere responderme por mucho que insista no lo va a hacer.
Pasamos por separado al salón y me reúno con Logan en la mesa.
—¿Dónde estabas?
—En el baño. —Le miro y muestro una de mis peores sonrisas.
Harper aprovecha que mi madre está despistada para hablar por el micrófono.
—¡Hora de abrir los regalos! —grita ilusionada.
Mis amigas me acompañan y me sitúan enfrente de la mesa de los regalos. Mi madre coge una caja del montón y me la entrega. Will rodea su cintura con el brazo y ambos me observan felices.
—Este regalo es nuestro. Esperamos que te guste.
Abro la caja y saco las llaves de un coche. Les miro y chillo de la emoción.
—¡Gracias!
Abro el resto de regalos hasta que no queda ninguno sobre la mesa.
—Espera.
Will recoge un regalo que se había caído de la mesa.
—No lleva nombre. ¿De quién es?
Los dos encojen sus hombros. Lo abro y saco una pulsera del paquete. Tiene mi nombre escrito en dorado y es magnífica. La observo detenidamente mientras todos vuelven a lo suyo.
Harper hace una escapada afuera y Erika está entretenida hablando con mi madre. Me acerco a Logan y toco su hombro. Se tensa pero cuando me ve se tranquiliza. Levanto la muñeca para que vea la pulsera.
—Gracias por el regalo.
—Yo no te he comprado esa pulsera. ¿No has abierto mi regalo?
Me aparto y le miro extrañada. Escondo la pulsera y muerdo mi labio culpable por haberme equivocado.
—Lo siento. Creía que...
—No pasa nada. ¿Quieres que te lleve a casa?
—No. Creo que voy a esperar a mi madre.
—¿Te ocurre algo?
—No.
—Bueno. No puedo decir que haya sido la noche más entretenida de mi vida ya que me has dejado solo pero me ha alegrado poder verte hoy. —Toma mi mano y la besa.
—Buenas noches, Logan.
—Buenas noches, Madison.
Le doy un abrazo y observo cómo sale por la puerta. Necesito una prueba para desenmascararle cuanto antes.
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No temas al amor
Dla nastolatkówNunca creyó que él llegaría a romperle el corazón. Madison creía que el primer amor sería perfecto y que Dylan, el chico de sus sueños, nunca llegaría a romperle el corazón. Pero lo único que necesitaba era algo que la devolviera a la realidad. ...