Dylan detiene el coche y baja las ventanillas para que entre un poco de aire fresco. Me desabrocha el cinturón y me ayuda a pasar a su asiento. Me siento sobre él colocando mis piernas a cada lado de su cuerpo.
—Creo que deberíamos hablar de nuestros planes de futuro antes de plantearnos nada serio. Pronto voy a empezar la universidad y nunca he tenido una relación a distancia.
—Yo voy a estar aquí en Seattle cuidando a mi madre, pero eso no significa que no podamos intentarlo.
Tiene razón. Da igual la distancia que nos separe o el tiempo que estemos el uno sin el otro, si queremos podemos conseguir que esto funcione.
Miro sus labios antes de besarlos sutilmente. Aprieta con sus manos mi cintura fundiendo mi piel con su tacto. No puedo pedir nada más para que esta noche sea fantástica.
—Olvídate de eso ahora. Solo piensa en nosotros dos y en todo lo que podemos crear juntos.
Dylan me mira preocupado y le doy un beso rápido en los labios para tranquilizarlo.
—Nunca me has hablado de tu padre —suelta rompiendo el silencio.
Desde su muerte no he hablado con nadie de ello, ni con mi madre. Supongo que yo sola puedo sobrellevar el dolor que siento al no tenerle a mi lado. Dylan ha vivido mucho tiempo preocupado por su madre, pero él tuvo suerte y ahora ella está bien.
—¿Te ha incomodado mi pregunta?
Niego con la cabeza y separo ligeramente los labios.
—Tuvo un infarto. Le había pasado varias veces antes pero la última fue la que le quitó la vida. —Aprieto los ojos—. Siento que aunque me despedí de él nunca fue suficiente.
—Él estaría orgulloso de ti, Madison.
—Lo sé.
—No pretendía incomodarte con mi pregunta. —Besa la punta de mi nariz haciéndome cosquillas—. ¿Quieres que te lleve a casa?
Niego con la cabeza y me acerco más a él.
—Quiero pasar un poco más de tiempo contigo.
Al día siguiente, aunque el sol está escondido entre las nubes, sigue haciendo un calor desorbitante. Dejo la toalla sobre la tumbona y me dejo caer sobre ella. Will y mi madre se han marchado unos días a un viaje de negocios y mi hermano y yo hemos aprovechado que tenemos la casa para nosotros solos para invitar a nuestros amigos. Esta mañana Harper ha llamado al timbre y se ha colado en mi casa para invadir la piscina.
El timbre suena varias veces. Me levanto de la tumbona y camino hacia la puerta. Cuando la abro me aparto sorprendida, Thomas y James entran en casa sin preguntarme si pueden pasar. Detrás de ellos entra Dylan quien me da los buenos días con un dulce beso.
—¿Qué hacéis aquí? —Mi tono ha sonado más borde de lo que realmente quería.
—¿No quieres que esté aquí? —Dylan se muestra sorprendido y cierra la puerta tras él.
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No temas al amor
Teen FictionNunca creyó que él llegaría a romperle el corazón. Madison creía que el primer amor sería perfecto y que Dylan, el chico de sus sueños, nunca llegaría a romperle el corazón. Pero lo único que necesitaba era algo que la devolviera a la realidad. ...