El primer día de las vacaciones de Navidad, mi padre entró en mi habitación y me despertó temprano para preparar las cosas para el viaje. Nos íbamos a pasar unos días a Crystal Mountain, con toda mi familia paterna.
No quería hacerle enfadar, pero me tomé mi tiempo para levantarme de la cama y preparar mi maleta. Estaba cansado y por las mañanas, hasta que no me tomaba un café, no era persona.
Como la noche anterior había preparado una lista para llevarme lo justo y necesario para el viaje, no me llevó mucho tiempo preparar mi maleta. Casi todo el espacio lo ocupaba la ropa de abrigo y en el hueco que quedaba, metí un pijama, ropa interior y mi portátil.
Revisé la maleta una última vez antes de cerrarla y dirigirme hacia el sótano. El maletero del coche de mi padre estaba abierto, así que coloqué mi maleta al lado de la suya.
—Dylan, espera. —Carmen bajó el último escalón de las escaleras y se acercó a mí con una bolsa de papel en la mano—. ¿Te pensabas irte sin desayunar? Últimamente no comes nada, estoy muy preocupada por ti, Dylan.
—No te preocupes por mí. —Me acerqué a ella y le di un beso en la frente—. Estoy bien.
Carmen negó con la cabeza poco convencida y decidió dejar el tema para otro momento.
Me entregó la bolsa de papel y se despidió de mí con un beso en la mejilla. Me colé en el asiento del copiloto y apenas cerré la puerta, mi padre encendió el motor y salimos de casa a toda velocidad.
Me sentía muy afortunado de tener a Carmen en mi vida. Ahora que mi madre no estaba en casa, ella era la única que se preocupaba por mi bienestar. Para mí era como mi segunda madre.
Salimos del vecindario y recorrimos las calles de Seattle hasta nuestra primera parada.
—Van a ser nuestras primeras vacaciones juntos, solo espero que te sepas comportar. —Mi padre me lanzó una mirada de advertencia antes de detener el coche junto a la acera.
No estaba enfadado por ir a Crystal Mountain, adoraba ese lugar. Lo que me tenía de mal humor era que a mi padre se le ocurrió la brillante idea de invitar a Margaret y Madison a nuestras vacaciones familiares.
Una vez más, quería aparentar que éramos una familia feliz para poco a poco incorporar a Margaret en nuestra vida. Comenzó invitándolas a nuestras vacaciones familiares, ¿qué sería lo siguiente, pedirles que vinieran a vivir con nosotros? Qué locura.
Cuando las vi arrastrando sus maletas hasta el coche, supe que esas vacaciones iban a ser muy distintas. Mi padre salió del coche para ayudarlas a meter las maletas en el maletero.
Antes de irnos, tuve que cederle mi sitio a Margaret. De manera que Madison y yo nos sentamos en los asientos de atrás, lo más alejados que pudimos.
Mi padre encendió la radio, para romper el silencio que nos rodeaba, y I Want To Break Free de Queen comenzó a sonar a todo volumen.
El viaje hasta Crystal Mountain fue bastante incómodo. Tardamos una hora y media en llegar y en todo ese tiempo, no crucé ni una palabra con Madison. Nuestros padres, en cambio, no pararon de hablar de sus cosas.
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No temas al amor
Teen FictionNunca creyó que él llegaría a romperle el corazón. Madison creía que el primer amor sería perfecto y que Dylan, el chico de sus sueños, nunca llegaría a romperle el corazón. Pero lo único que necesitaba era algo que la devolviera a la realidad. ...