conseguí un harem en un mundo bl

capítulo 8

DANIEL

Ella se acerca con cautela, en su rostro hay una mirada llena de curiosidad.

"Encantadora" es el primer pensamiento que atraviesa mi mente al percatarme de su mirar.

Al principio me pareció curioso que hubiera una persona tan expresiva en la mansión generalmente sombría, ahora me resulta adorable y grato.

Ella puede ser sumamente curiosa aún así eso no significa que no le importe el peligro. La comparo con un gato, un hermoso gato curioso y cauteloso. Contradictorio pero así es ella.

Aunque la mayor parte del tiempo habla jamás toca algún tema sensible y me agrada eso, ya que siempre puedo charlar de cosas sin importancia como si la tuvieran es divertido, emocionante y desestresante el hablar sin necesidad de cuidar tus palabras.

Acepto que me he encariñado con ella siento la necesidad de saber más de su pasado, apoyarla como ella lo hace conmigo y verla crecer a su lado.

Fruncì el entrecejo ante mi reflexión no puedo confiar en ella, no hasta que me demuestre que me es leal, solo así podré dejar a un lado mi autocontrol.

"¿Esto es lo que sienten los dueños con sus mascotas?" Me preguntó a mi mismo.

Quieren hacerlos sentir amados, alimentarlos y darles seguridad.

" Si definitivamente es eso" me contesta mi subconciente.

Cuando está frente a mi me recalca la diferencia de altura que hay entre nosotros. A pesar de mi edad no he crecido lo que debería.

Tengo que mirar hacia arriba para poder ver sus ojos rojos e hinchados por llorar y de nuevo me duele el pecho con si alguien me estuviera apuñalando una y otra vez.

–Llorar no va a solucionar nada– digo tratando de darles ánimos.

En definitiva sonaba mejor en mi cabeza. Me maldigo mentalmente al ver su mirada curiosa cambiada por una llena de desconcierto y vergüenza.

Ella empieza a jugar con los dedos de sus manos nerviosa– Yo me quedé despierta toda la noche pensando en un plan

Ella suena cansada y parece que en cualquier momento podría colapsar, sus ojos están rodeados de círculos negros y sus movimientos son lentos,  las veces que se tocado la cabeza me hacen pensar que se ha mareado más de una vez.

Y otra vez está allí el sentimiento de preocupación el cual parece haberse instalado en mi corazón desde ayer.

Me alejo de ella–Sientate, solo quiero leer, hoy no hay mucho que hacer así que tomate un descanso– digo serenamente aunque por dentro estoy en una constante lucha.

–Tiene razón pero mi cama no es tan cómoda como la de usted y como debo de pensar un plan ¿No cree que es mejor que duerma bien?–Me pregunta divertida.

Y una vez más me sorprende cuan rápido puede cambiar su estado de ánimo.

Mientras estoy distraído se acuesta en la otomana del otro extremo de la habitación.

–¿Como te atreves?– pregunto severamente.

Después de un momento de silencio me doy cuenta del peso de mis palabras, no estoy acostumbrado a compañía y aunque la tenga la mayor parte del tiempo no son de mi agrado así que no suelo controlar lo que digo. Así que otra vez culpo a mi boca.

–Hasta mañana– Me contesta emma adormilada acomodándose para dormir.

Esa es otra cosa que me gusta ella me entiende mejor que nadie, jamás se toma todo tan encerio.