La escases de la guerra 2

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Daniel

Me presenté ante los nobles que nos habían prometido su ayuda, en caso de que nuestras negociaciones resultarán favorables.-Es un placer, marqués.-Señalo un asiento frente a la larga mesa.-Tome asiento, lo estábamos esperando.-Segui sus palabras sin titubear, posando una mano encima de la que estaba temblando.

El duque de montesorte, un hombre que ha dado de que hablar, especialmente con su matrimonio. Bien podría ser una historia de cuento de hadas.-Hemos escuchado mucho de usted y sus hazañas. Aún sin el apoyo total del reino ha logrado hacerle frente a los invasores.-Atractivo, excesivamente rico y de lengua filosa, ya veo porque las señoritas nobles suspiraban por ser su compañia, por toda la vida, o solo una noche.

-Es un placer poder servirle al reino.-Seleccione mis palabras cuidadosamente, un paso en falso y nuestras única esperanza se apagaria.

-No es el reino nuestra unico interés en común, marqués(...)-Miro a sus vasayos sentados a ambos lados en la gran mesa.
-Como ya le transmitimos anteriormente, nos gustaría poder formar parte de su facción.-Mantuve mi semblante sereno, cualquier expresión no deseada que saliera a la luz podria arruinarlo. Después de tantos meses un descanso para mis hombres y para mí.

No debían de ver mi aspecto cansado, enfermo, agobiado o sus ofertas serían menores. El desespero nunca ayuda, en esta situación que me encuentro es un arma contra nosotros. Ellos lo saben.

Esperaron hasta que nos encontramos acorralados, dispuestos a aceptar cualquier ayuda, no importa de quién viniese, o la mayor parte de las consecuencias. Ponernos en aprieto no solo fue para probar la valía de Edmund si no que también para que ese estuviera casi obligado a aceptar cualquier trato, por más mínima ganancia que tuviésemos.

"Zorros astutos" Pensé manteniendo mis expresiones al margen.-Al principe Edmund y a mi nos complace que hayan más personas allá afuera con nuestras mismas convicciones e ideales.

Montesorte sonrió, solo que está no llego a sus ojos. Más que complacido, parecía estar a punto de atacarnos. Definitivamente buscarían su propio beneficio. Financiar una guerra requiere de una cantidad obscena de dinero.

-Nosotros hablamos sobre sus demandas, pensamos que mandar a todos nuestros hombres podría desestabilizar a nuestras tierras. Mandaremos el setenta por ciento, (un 15 por ciento menos de la primera oferta) las demás demandas serán complidas tal como se especularon.

Lo sopese un momento, como si tuviera más alternativas que elegir o siquiera alguna otra opción que poder tomar.-Lo aceptamos, en cambio me gustaría pedir disculpas por mi osadía, pero estuvimos pensando en pedirles a 'la sombra'.-El tipo era peligroso, uno de sus mejores hombres, mano derecha del duque, podria estar aquí escuchando nuestra conversación o esperando algun mal movimiento mio.

-¿Cómo te atreves?-Se levanto el hombre a su lado, Enrique, un extranjero que se casó con la marquesa anne, prima cercana del duque, ahora marqués Enrique montersort.

-Enrique.-Dijo el duque.-Dejame escuchar su propuesta. Estoy seguro que me explicará, después de todo es aquel que ha estado en el frente desde que la guerra comenzó. Debe de tener una buena razón, una irrefutable.-Aunque su tono de voz parecía amigable e incluso empático, no lo era. Para el mi petición hacia sobrepasado los límites.

Un confidente de tal magnitud, era igual que dar paso a la posible erradicación de tu imperio. Solo alguien que de verdad confiara en nosotros lo haría, una prueba para ver qué tan fieles se mantendrían a nuestros ideales. El principe Edmund quiere aliados a los que poder confiarles su vida, con los que poder pelear lado a lado en una guerra.

Yo solo tome su palabra para poder obtener a un ecxelente estratega y aliado. Será un gran maestro para nuestras tropas, para la nueva unidad de elite que estamos entrenando. Es hora de demostrar que nuestros años en la guerra no pasaron de en vano y hacerles pagar todas y cada una de las muertes a esos rebeldes.

conseguí un harem en un mundo blDonde viven las historias. Descúbrelo ahora