cap 15

3.2K 416 67
                                    

Jalar un mechón de mi cabello es mi castigo por ser tan malditamente despistada. No pierdo mi cabeza porque la tengo pegada. 

Un sonido de frustración pura  salio de la boca de mema, se veía derrotada en mas de un sentido. Ni siquiera se atrevió a pensar como podría ser peor el día sabia que cada vez que lo pensaba el destino le demostraba que era un hecho que el día podía empeorar.

Se dio media vuelta y paro de golpe antes de poder chocar con el pecho de alguien que había intervenido en su camino de regreso al comedor.

-hai dimenticato questa dolcezza- dijo una coqueta voz extraña y a la vez conocida

Emma levanto la mirada hasta que entró en su radar de visión el rostro de alexander.–¿Que estás haciendo?- pregunto malhumorada. Este solo ladeó la cabeza como intentando procesar el idioma.

"¿No sé supone que es una sombra?" "Las sombras no dejan que los demás lo miren o eso creo" frunció el entrecejo con el pensamiento. Con un peor humor que el anterior.

El joven rubio bajo su mirada para ver a emma, tomo su mano y le pasó una bolsa sin decir absolutamente nada al parecer podía leer la pesada atmósfera.

Emma torció la boca, tomo la bolsa y se giró, sabía que no era culpa de Alexander que su humor no fuera el mejor pero hoy tampoco había sido uno de sus días favoritos.

Camino saliendo a paso veloz de la mansión, el aire de adentro la agitaba. El crepúsculo inundaba el cielo en unos hermosos tonos anaranjados y rojizos emma los miro con admiración en sus ojos y ahnelo, esa maravillosa vista le recordaba a su madre, ella amaba mirar los atardeceres.

Unas horas atrás estar lejos de la mansión la hubiera hecho sentir segura ahora sabía la realidad de su situación y la seguridad que le brindaba el aire libre se había convertido en  incertidumbre, sabía que el marqués estaba al pendiente de sus acciones y al parecer eso no le fue suficiente porque también mando a su sombra favorita a cuidarla y espiarla.

Tania un par de sentimientos chocando entre si, por una parte no quería descargar sus emociones en alguien inocente como Alexander y que apenas entiende el idioma y por otra parte realmente deseaba dañar de alguna forma al marqués porque el había arruinado todo. Maldijo que unos instantes el pensamiento de que podría llamar el cuarto que compartía con emma hogar. No sé parecía en nada al suyo.

Camino a su habitación llegando justo a tiempo. Pues el relog marcaba la hora en la que terminaba su turno. Se cambió y lavo los zapatos y el uniforme para entregárselos a su dueña original. Por último se peino no quería amanecer con su cabello pareciendo un nido de pájaros.

–Aqui están tus cosas muchas gracias rosa no se que hubiera hecho sin ti– sonrió tímidamente.

–Es lo menos que puedo hacer por ti– contesto con un tomo dulce aunque se sentía un poco de amargura a través de el.

Emma ignoro por completo que su dulce voz ocultaba un poco de amargura no queriendo hacer las cosas incómodas, no cuando apenas hace unos momentos dieron un gran paso con su amistad. Por supuesto que tenía curiosidad hacerca de sus palabras de antes. Pues sonó como si lo que le hicieron a ella también se lo hubiesen hecho a otras personas y aunque no lo dudaba era mejor preguntar para estar segura. Claro que no ahorita.

Era temprano para dormir pero con tantas cosas que habían pasado ya no quedaba ni una sola gota de energía en su cuerpo. Camino con  movimientos lentos hacia la cama como si su cuerpo de repente pesará demasiado para ella y se metió entre sus cobijas. Esperaba que el siguiente día fuera aunque sea un poquito mejor que este.

conseguí un harem en un mundo blDonde viven las historias. Descúbrelo ahora