Este capítulo tiene escenas de bdsm. Drogas e incesto y canibalismo POR LO CUAL ES +18. Si no te gusta esto no lo leas. Si te gusta pues bienvenido ^^
Emma sostuvo la sonrisa más forzada que había puesto en su vida y volteo.–Joven amo, sir Johan. Gracias por venir.–Dijo tratando con todas sus fuerzas de evadir cualquier pregunta incomoda a la que tendría que responder. –Entren, por favor. Mi reputación ya está por el subsuelo. No quiero que los vean.
Daniel rio grutural en su garganta. Su educación noble le permitía saber a qué se refería al igual que Johan quien no quería admitirlo pero había leído unos cuantos libros por aburrimiento.
«Maldita sea mi suerte» pensó mordiendo su labio inferior.
A pesar de su anterior discusión el silencio empezó a reinar después de la risa grutural de Daniel.
Daniel se encontraba recostado en el marco de la puerta con su mirada serena, un poco distraída con brillo juguetón en ellos. Tamborileando los dedos de su mano en su pierna vestido con algo más relajado que un apretado traje. Una camisa holgada que deja ver sus clavículas y un pantalón igualmente holgado a pesar de su aspecto más relajado su cabello aún estaba peinado muy pulcro.
A su lado Johan, el caballero bien parecido. También vestía más relajado que antes. Vestía una camisa con un cuello ancho que dejaba ver más que sus clavículas si no también parte de sus pectorales. La camisa le quedaba más justa de lo que debería, sus anchos hombros se marcaban por completo al igual que su definida espalda y abdominales. Al igual que sus brazos tan fuertes como dos troncos de árboles.
Emma miro hacia otro lado pensando en que no debería de verlo más, por lo menos no tan fijamente pues el empezaba a estar avergonzado pero más que eso parecía orgulloso de su bien esculpido cuerpo lo que la apenó.
Claro que ella no lo culpaba. Llegar a estar tan musculoso debía de llevar mucho tiempo y dedicación.
No duró mucho su pena pues en cuanto pasaron su mirada de Alexander a la lencería que aún sostenía supo que abría problemas si no los metía a la habitación de inmediato y les explicaba la situación.
Daniel fijo su mirada en ella con su típica mirada serena pero está vez su mandíbula de veía tensa. Y sus manos ahora estaban cerradas en puños. Johan fue más evidente en su expresión de enojo. Al contrario de Daniel el dirigió su mirada asesina en Alexander quien los estaba ignorando deliberadamente.
Sin embargo ella si sintió de repente unas abrumadoras ganas de salir corriendo. Probablemente debido a la aura amenazante de Johan. Aquella sed de sangre que solo puede tener un hombre que ya asesino a otro. Se obligó a si misma a ignorar por completo sus impulsos y acercarse a ellos a pesar de que sus piernas a cada paso que daba tenían menos fuerza.
Tomo a ambos por las manos y los jalo sin ningún aviso previo. Cuando estuvieron dentro cerro la puerta antes de que alguna sirvienta curiosa o chismosa saliera a ver qué estaba pasando y despertara a todos alarmada por todos los hombres que había en su habitación.
-Es una larga historia-. Murmuró con una mirada de disculpa.-Pero definitivamente no es lo que piensan.- Replicó avergonzada. Con sus mejillas ligeramente enrojecidas.
-¿Alexander?-Pregunto Daniel con un tono amenazante.-Hablare contigo después.- Lo Fulminó con la mirada.
-¿Se conocen?-Pregunto con incredulidad la joven castaña.-Bueno no importa. Alexander el es mi joven amo Daniel. Daniel el es ¿Un amigo? Si un amigo.-Cuando termino la presentación Johan carraspeó la garganta indicando no tan sutilmente que el aún estaba allí.-Y el es sir Johan un caballero muy...... habilidoso.-Con la última palabra sintió que su rostro se quemaba. Aclaro su garganta y agrego:- Sir Johan el es Alexander, mi amigo.- Con esto dicho alexander le guiño el ojo. Lo cual le saco una sonrisa a la joven. Aunque a Johan no le pareció tan divertido.
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conseguí un harem en un mundo bl
RomantizmEmma, una joven de dieciséis años es transportada al mundo de lo último que leyó. Un manhwa, con temática BL, clasificación +18. Ahora, Emma tendrá que enfrentarse a un mundo completamente distinto al que conocia. Por alguna extraña razón a lo larg...