Escape exitoso

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–Vamos, rápido, súbete. De prisa.–Le dijo Rosa a su amiga desde arriba del carruaje.–Cierra la puerta.–Su cabello rubio estaba cubierto por la capucha de la capa negra. Definitivamente se veían como personas sospechosas.

Desgraciadamente era la única forma de pasar más desapercibidas que andando por allí como normalmente lo hacían. Todos tienen órdenes de no dejar salir a emma del castillo. Si la vieran subiéndose a un carruaje de plebeyos la detendrían enseguida.

Rosa podía moverse un poco más libremente.–Señor estamos listas. Puede partir.–Exclamo por la pequeña ventanilla que conectaba a los pasajeros con el conductor.

Este asintió y casi tan pronto arreó a los caballos y estos comenzaron a trotar. El carruaje se movió. Emma se recostó en el asiento e inclino la cabeza hacia atrás. Eso había sido agotador. Si no hubiesen recibido ayuda de Abby no podían haberlo logrado.

Después de todo ella es quien distrajo al guardia para que pudiesen escabullirse fuera del castillo.

Habían dos entradas; Una era la entrada principal, demasiado obvia como para que pudiesen salir por allí. Las verían a la primera.
Otra era por detrás. No era una salida si no mas una mancha en la arquitectura de un castillo demasiado viejo resintiendo los estragos del tiempo. Ya que cuando fue construido era obvio que las condiciones del lugar eran otras.

Muy escondido había un pequeño agujero, solo lo suficientemente grande para que delgadas personas pasarán por allí sin quedarse estancadas. La buena noticia es que era difícil ser vista saliendo por allí. Ya que con la oscuridad se camuflaba e incluso de día si no ponías suficiente atención podía pasar desapercibido. Ya que el musgo, las enredaderas y los arbustos adornaban la gran muralla haciendo que su deterioro fuera difícil de ver a simple vista.

Con lo que no contaban era con los constantes rondines de los guardias. Tanto por arriba de la muralla como por debajo. Los cuales justamente pasaban por dónde ellas estaban huyendo.

La primera en salir y la que ya estaba afuera era rosa y su pequeña maleta de mano, la segunda y con pésima suerte de hecho era emma quien casi fue atrapada. Fue gracias a Abby que logro poder salir sin ser vista pues utilizando su belleza y el gusto de uno de los caballeros por ella logro distraerlo el tiempo exacto para que mamá logrará salir despavorida.

La buena noticia es que los rondines de arriba y abajo tomaban turnos mientras uno hacia un rondín el otro vigilaba. Gracias a eso y a la noche no fueron vistas.

Emma se estremeció de solo recordarlo. Si las hubieran capturado definitivamente nunca hubiese tenido otra oportunidad de escapar.

–¿A dónde nos dirigimos?–Le pregunto a Rosa. Ella era la que había preparado todo el viaje.–Digo el tren no cruzan todo el imperio.

Rosa sonrió, sintiéndose victoriosa.–Por supuesto que no iremos directamente allí. El viaje es largo y si no cubrimos nuestras huellas no tardarán en encontrarnos. Es obvio que el.–Se aclaró la garganta recordando que el cochero no debía de escuchar eso o podría ser el quien diera información de ellas.–Su prometido nos encuentre.–Disfrazo su situación.

Era mejor que pensaran que emma era una joven señorita huyendo de un matrimonio arreglado a qué sospecharan que era algo más de lo que huía. Es probable que el cochero tenga una o dos historias de señoritas escapando antes así que no sería nada nuevo para el y entendería porque sus capas negras y todas las maletas que el carruaje cargaba en la parte de atrás.

Porque si alguien había planeado todo cuidadosamente era Rosa. Desde las nuevas pertenencias cómo ropa de plebeyos y comida hasta la ruta. Lo suficientemente complicada como para que a medio camino a lo mucho le perdieran el rastro. Pero con la guerra tan cerca, seguro que no podrían hacer mucho antes de tener que responder al llamado del rey y el emperador.

conseguí un harem en un mundo blDonde viven las historias. Descúbrelo ahora