conseguí un harem en un mundo bl

Reclamo

Esteban

–¡Un hijo es demasiado pronto Esteban!–Exclamo, y mi último arroz de paciencia salió volando.

–¡Por todos los cielos emma me lo juraste! ¡Lo plasmaste en papel! ¡Me lo debes!–La señale con el dedo acusador.–Quiero mi parte del trato.–Mis manos temblaban, conteniendo la ira que amenazaba con desbordarse.–Y lo quiero ahora. Mi tiempo se está acabando, eres joven y pronto conseguirás otro esposo ¿Dónde quedaré? Ni siquiera estoy seguro de gustarte.–La ira dominó mi cabeza y comencé a hablar de más, de mis miedos más profundos e inseguridades.–¿Sabes dónde me colocará? Me olvidarás y tú atención pasará a tu esposo más joven y fértil. Alguien que si pueda darte hijos. Tan solo te pido quiero....–Eche mi cabeza para atrás e ihnale profundamente, mi ira me estaba controlando. No estaba acostumbrado a lidiar con la misma persona tanto tiempo, como acompañante normalmente veía solo sus facetas dulces. Lidiaba con lo que el esposo añoraba. Mi paciencia comenzaba a ser colmada.–Que intentes entenderme.

Escuché unos pasos y luego el crujir de la cama, en un silencio que amenazaba con asfixiarme.–Yo.. de hecho....Supongo que lo prometí.– Su hilo de voz salió entrecortado, observé como sus hombros cayeron en señal de derrota.–Es solo que no estoy segura de estar lista. Un hijo es mucha responsabilidad, voy a subir de peso, tendré náuseas matutinas, se me van a hinchar los pies, tendré más estrías y va a doler mucho.–Su voz tembló.–Tengo miedo, mi madre no está aquí para darme sus consejos y acompañarme, solo soy yo. Estoy sola Esteban.–Lagrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.–Nada me retuvo  cuando vine a la ciudad del fénix porque no tengo nada o a nadie. Sin ningún tipo de familia.

Oh. Mis palabras cayeron con peso sobre mis hombros, había sido grosero.–Yo....lo siento.–Dije sinceramente.–No lo sabía...–Siempre era tan alegre que solo había dado por echo que era una mujer caprichosa.

Nego con la cabeza.–Supongo que en algún momento tenías que hacer cumplir el trato. También quiero una familia, es solo que siempre lo mire tan lejano. Aún no puedo creer siquiera que estoy casada con un hombre tan atractivo.– Rasco nerviosamente su nuca.–Es increíble. Lo siento por pasar tanto tiempo fuera, el trabajo me está matando.–Bostezo, podría comerse un cerdo entero.

La odie por ponerme nervioso en este momento, y un poco más por parecer tan sincera y vulnerable.

Me acerque a ella y tome su rostro entre mis manos, mi cuerpo moviéndose por cuenta propia.–No estás sola, somos dos. Marido y mujer. Yo seré tu apoyo y mejor amigo, estaré contigo en las mañanas que tengas náuseas, sobre tus pies cuando se hinchen, te dire lo hermosa que eres cada día y estaré en el parto, intentando aliviar tu dolor.–Una sonrisa reconfortante abandonó mis labios.–Puedo esperar, tanto como tú sientas que estás lista.

Asintió lentamente mientras asimilaba mis palabras.–Todavia no creo poder. La carga de trabajo no disminuirá hasta que mi joven maestro sea capaz de leer, y su progreso es...lento.–Me observo, por momentos sus ojos se cerraban, apenas podía permanecer despierta.–Sin embargo, estoy abierta a sugerencias ¿Alguna idea bebe?

El revoloteo en mi estómago me hizo pensar que quizás la cena me había sentado mal. No debería de haber comido tanto "me estoy descuidando" pensé.

Espere todo menos que ella lo aceptase tan bien. Incluso estaba listo para irme a dormir a la habitación de invitados.–Podriamos ver a un chamán. El nos dirá cuando será un buen momento para concebir. Esto le dará un buen futuro a nuestro hijo.–O hija. No revelaría mi verdadera ambición o la emoción que amenazaba con hacerme dar saltos de felicidad.

Abrió la boca para replicar pero tan rápido como lo hizo la cerró. Un silencio incómodo se apoderó de la habitación hasta que fue roto por ella.–Esta bien. Así lo haremos.–Palmeo la cama, del lugar donde yo dormía.–Ahora quiero dormir bebe. Ya no puedo mantener los ojos abiertos. Mañana llegaré temprano a casa. Tendremos más tiempo de hablar.–Embozo una sonrisa dormilona y tan pronto como su cabeza tocó la mullida almohada ella cayó dormida.