Alimento para un rey caído.

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"Narratio Azrael"

Ante mi narración del pasaje anterior me es menester dejar que ahora Isildalf aporte su visión del viaje pues son bastantes cosas que en mi opinión un elfo puede comentar y más uno como lo es Isildalf que cuya vida ha dado cambios muy repentinos en este viaje.

"Isildalf"

Aquel bufón nos presentó una molestia una vez llegados al pasillo dicho por los antiguos Gaa'r ak, este pasillo era extenso y retorcido, su forma no tenía sentido y todo cuanto veíamos parecía retorcerse sobre sus propias formas y en ángulos extremos a veces el mismo era el que variaba en dimensiones y ángulos forzándonos a tener que caminar con cuidado por la misma fragilidad del suelo, así mismo cada vez más los muros se iban volviendo más raros sus coloraciones iban variando desde el escarlata más intenso hasta el fucsia más desgastado y poroso, pero siempre iban muy adornadas y cargadas de diferentes detalles estéticos cada vez más relacionados a la hambruna y al placer que genera el morder y tragar un alimento por más exótico y escaso que fuera este, cada vez más eran más detallados eran estos que en por los colores y los detalles cada vez más sobrecargados uno sobre otro que nos empezó a generar dolor de cabeza el tener que siquiera  procesar los diseños de cada parte del pasillo.

No habían muchas pretensiones por parte de Baalzebub más allá de mostrar su amor por la comida y el mal gusto por lo exótico y el nunca saber cuándo parar con algo y este pasillo era la viva muestra de ello, si bien es cierto que no es tan excéntrico como lo sería un palacio del cuarto anillo era demasiado saturado este pasillo pocos enemigos eran los que valían la pena enfrentarse, eran más los diablillos que esas bestias de carne sanguinolentas que habíamos visto, apenas habían de esos seres sanguinolentos y los pocos que habían eran demasiado débiles como para ser un reto.

De pronto escuchamos un ulular demasiado peculiar era tan suave y agudo, era tan cercano ese ulular, era stolas hablando, pero salió de una runa mágica del suelo que solo el mismo podía invocar.

—Uuu, Uuu, así que veo a unos mortales queriendo matar al rey de este anillo, parece que a una trampa han llegado, pero hasta qué punto ustedes desean llegar a dicha inexistente cocina? —Antes de que stolas terminara de hablar Sög se abalanzó sobre stolas.

—¡Pooki eres tú! ¡Sabía que renacerías en un monstruo gigante! Ahora que ya estas vivo te tendré que hacer una jaula más grande, solo mírate sigues siendo tan tierno desde que la aldea se incendió por accidente, te daré tu alpiste, te daré ratitas y te llevaré al coliseo orco de las tierras del oeste como cuando era niño, ¡Sabía que lo que decía mamá era cierto! —Dijo esto el grandote verde creyendo que el príncipe stolas era su mascota de su infancia, mientras tanto el grandote abrazaba con todas sus fuerzas a stolas casi al punto de estarlo asfixiando Ansel ni corto ni perezoso agarró sigilosamente una de sus plumas que se desprendían por lo fuerte del abrazo que le daba el orco a dicho príncipe de este oscuro inframundo.

—¡Suéltame mortal!, ¡Soy el gran príncipe stolas! Aaaagh. —Gritó así el búho ese por la fuerza del amor de Sög hacia su "renacida mascota".

—Sög suéltalo, parece que aquel búho tiene algo que decir. —Con una cara de tristeza y un berrinche digno de un niño, Sög se negó repetidas veces a soltar a "Pooki".

—Sög sé que siendo yo no me vas a creer, pero ese de ahí no es tu mascota, es el príncipe demonio stolas, y parece que quiere decirnos algo. —Si bien Sög dejó de abrazar a "Pooki" él se veía aún muy reticente a creer que stolas no era Pooki.

 —Más vale que lo que diga sea importante yo quería volver a ver mi pequeño Pooki de vuelta. —Dijo Sög mientras hacía de cuenta que no estaba llorando, cuando de uno de sus ojos soltó una lagrima que el príncipe stolas aprovechó para beber.

La historia del orco comercianteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora