~Uno~

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—¿ Porqué no me sorprende ? —dije cruzada de brazos al ver a Ingrid tirada sobre su escritorio, con la bocota abierta y tirando baba sobre los papeles de nuestro próximo evento —¡ Ingrid !

—¡ Aquí estoy ! —se levantó asustada e intentó arreglarse su melena rubia, sin éxito. Ruedo los ojos y le paso a un costado —¿ Cómo ha estado tu entrevista ?

—Lo mismo de siempre, costos, lugares, temáticas y ¡ Mi maldita vida amorosa ! — la veo negar aburrida por el mismo tema ¡¿ Es qué que tenían los de la tele con ver una mujer exitosa y reservada ?! —¿ Qué tanto les cuesta asimilar cuando digo que no quiero hablar del tema ? ¡ Por Dios !

Recogo mi cabello y lo ató en una coleta alta para que no me moleste mientras tenía una crisis de estrés. Este tema ya estaba tocandome la moral, me tienen harta de tanta mierda " ¿ Para cuando el novio ?"  " ¿ Cuando nos vas a presentar al segundo al mando ?" "Oimos algunos rumores...". ¡ Me importa una mierda los rumores, mi maldita vida personal no es algo que quiera poner en una revista !

Ingrid me sirve café mientras hago un berrinche por toda la oficina, me da pesar con ella que tenga que verme haciendo estas tonterías, pero debe estar más que acostumbrada a verme actuar como una niña a la que le quitaron su dulce antes de comer.

—Tal vez si le dices a Benja... —
empieza a decir y detengo mi ataque a la silla junto a mi para verla a los ojos.

—Claro y luego que busquen a mi hermano en donde sea que esté y lo interroguen. Que buena idea — la miro seria y ella asiente entendiendo que acaba de decir la tontería más grande —Ya he sido lo suficientemente clara ante mis deseos de mantener mi vida privada ¡ En privado !

No dice más nada así que le asigno mis citas del día y empiezo a planear la cena de compromiso de la hija del gobernador. Tres horas de trabajar como burra en una fiesta que tenga temática de Harry Potter, pero también incluya un poco de Los Avengers y planear la fiesta para luego de un bar mitzvah, salgo de mi oficina con la cara demacrada y un hambre feroz.

—Tienes una llamada en la uno —maldigo internamente en el momento en que Ingrid me avisa que mi día aún no termin —Parece muy importante...

Me acerco al teléfono más cercano y cuando estoy apunto de contestar suena mi celular, me niego a mi misma contestarlo hasta que veo de quien es y acepto.

—¡ Hola ! —hablo alegre mientras me alejo del teléfono y le hago señales a Ingrid para que tome el mensaje por mi. Entro a mi oficina nuevamente y cierro las cortinas —¿ Qué tal tu día ?

—Por lo que vi en la tele supongo que mejor que el tuyo —escucho cierta burla en la voz de Benjamin —Sabes que sí necesitas revelar mi identidad no tengo ningún problema.

Sí, que no...

Si fuera su decisión estaría saliendo en todos los noticieros, canales de farándula, revistas para adolecentes y hasta en periódicos. Esto de mantener nuestra relación de más de seis años en secreto para los medios, está siéndole imposible. Según él, odia que todos sepan que estoy en pareja pero que no sepan con quién, algo de marcar territorio o algo así. Sinceramente nunca escucho cuando habla del tema.

—Benjamin, no empecemos por favor... — pongo una de mis manos en la frente tratando de contener el dolor de cabeza que se avecina desde hace más de tres días. Con las fiestas y eventos importantes que tengo en la agenda no he tenido tiempo ni de comer en paz —Estaba apunto de ir a mi casa ¿ puedo llamarte allí ?

—Sí, claro... —le mando un beso y le cuelgo para no hacer esto más largo. Últimamente nuestras charlas se han vuelto repetitivas, el mismo tema de las noticias todo el tiempo.

La Fiesta Del Principe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora