~Veintiuno~

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Julieth

—¿ Dónde dejo esto, señorita ? —levanto la mano para indicarle al tipo tras de mi hacia donde debe ir sin siguiera voltear a verle, él asiente y se va con el jarrón lleno de flores amarillas.

—Debo admitir que usted es excepcional en su trabajo, lamento haber sido tan escéptico cuando nos conocimos —le estrechó la mano a él padre de la novia, hombre que por cierto me paga muy bien. Sonrio ante sus palabras.

—No sé preocupe, siempre nos pasa a mi socia y a mi — es increíble las veces que las personas creen que somos inútiles, con la excusa de que todos pueden hacer una fiesta. No todos pueden hacer una fiesta mientras se encarga de la comida y aparte de la ropa, nosotros les quitamos un peso de encima —Todo lo hice por su hija y su nuero.

—Y por el dinero... —escucho a Ingrid susurrar cuando el señor se va, sonrio y choco cinco con ella. Pasamos al recibidor de la iglesia —Oye, ya no me dijiste más sobre tu aventura con el Príncipe.

—Porque no hay nada interesante que contar — Solo el hecho de que me lo besé en mi cama y casi lo hacemos, solo que no tenía preservativos, decido guardarme esta información para mi. Si Ingrid se entera de todo lo que pasó, se que le da un infarto —Ayudame con esto...

Levanta un ramo de la mesa y me sigue a la sala de los anfitriones —Y Qué hay con aquella Princesa molesta y su cuñada ¿ Cómo va eso ?

—Aarón me defendió un par de veces de esas víboras, pero aún así insisten en molestarme. Creo que planean algo — le explico mientras meto las flores una por una en el jarrón blanco de la entrada. La novia pidió que solo fueran flores amarillas y una blanca en el centro, por lo que hay que acomodarlas —Son demasiado malas como para dejar esto pasar.

—Al menos tienes a los Infantes de tu lado... — sonrio cuando la imagen de los pequeños del palacio aparece en mi mente . Son unos pequeños ángeles —Te dije que al final te iban a gustar los niños, serás una increíble madre.

—Sí, claro... —me limito a decir porque no estoy para peleas hoy, suficiente con saber que Aarón está en una playa rodeado de chicas de buen cuerpo y cabelleras hermosas y con Bianca; quien para ser una completa zorra, es muy linda —¿ Crees... que yo sea linda ?

Y allí va, mi más grande inseguridad . 

No hay algo que me dé más miedo que el no ser suficiente para una persona o para mi misma, me aterroriza con cada célula de mi cuerpo. Siempre me obligó a preguntar estupideces como la que acabo de decir, para sentirme mejor conmigo misma.

Ingrid voltea hacia mí con una expresión llena de seriedad —Ah no, eso sí que no — se levanta y toma mi cara entre sus manos, apretandome como a una manzana —Nena, ya debes parar de compararte con las demás, cada quien tiene su algo especial y tu también.

—No estoy tan segura de ser especial... — susurro al borde de las lágrimas.

—Linda, tienes a un Príncipe detrás de ti – sonrio débil aunque por la expresión de mi amiga me asustó un poco. Ingrid me mira con los ojos bien abiertos — Literalmente...

Esto último me asusta así que hago que suelte mi cara para poder voltearme, al girar conectó con aquellos hermosos ojos celestes que estoy contemplando desde que llegué a Dinamarca. Aarón está frente a mi; con un traje elegante, el cabello algo mojado y las manos en los bolsillos. Me sonrie con una hermosa sonrisa hasta que nota algo en mis ojos que hace que se tense un poco y se acerque serio.

—¿ Has estado llorando ? —toma mi mejilla y limpia mi cara húmeda, asumo que debo tener ojos y nariz rojos por mis ganas de llorar —¿ Está todo bien... ?

La Fiesta Del Principe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora