La linda doncella alemana me ve a los ojos, luego mira a Elias y después termina en nuestras manos unidas a lo que lo suelto y me alejó rápido.
—N-no es lo que parece... — esta situación me pone tan nerviosa y avergonzada que la hago parecer algo más por mi cara roja y mi tartamudeo. Los tristes ojos de Amalia me miran y puedo notar como su tristeza se transforma en odio antes de que salga corriendo —¡ Amalia, espera !
En ese momento no me importa Elías o el hecho de que tal vez me pierda en este laberinto si corro por el tras de mi amiga, solo me interesa haber roto el corazón de ella solo con un malentendido. Voy tras de Amalia, persiguiendola por todo el castillo hasta perder su rastro en la cocina.
—Mierda... —tomo mi cabeza y empiezo a regañarme a mi misma en el italiano perfecto que para llevar seis años fuera de mi país, jamás había dejado atrás —Sei uno stupido, un cattivo amico e una merda senza cuore.
—Sí entendí bien... —la voz de Aarón llena mis oídos por lo que mis nervios actúan de la manera habitual, empiezan a sudarme las manos, se me acelera el corazón y claro esta, no puedo pensar en nada más que él. Aunque entre mis pensamientos sobre él está la cara triste de mi amiga, lo que hace que mis nervios se tranquilicen un poco —Creo que necesitas hablar con alguien.
—Hola, Aarón... —recibo un tierno beso en la mejilla de su parte antes de que se recueste del pilar frente a mi y me mire expectante. Suelto un resoplido muy exagerado —Es que tengo problemas con Amalia, acaba de encontrarme en una situación algo difícil de explicar y creo que eso afecto nuestra amistad.
—¿ Amalia, la doncella ? —asiento y él toma su mandíbula —¿ Qué situación difícil de explicar ?
—Es algo con Elías... —mi voz se va deteriorando cuando menciono a Elías y noto el ligero apretón de sus puños. Levanto la mirada y me encuentro su ceño fruncido y su mandíbula apretada. Rápidamente tomo su antebrazo y suelto una risita nerviosa —Oh, no, no es lo que piensas.
Le explico todo lo de Amalia y Elías, sus sentimientos y todo lo que acaba de pasar, eso hace que regrese a su aire habitual de burla y sonría como si nada. Como si no acabara de hacer una escena de celos.
—Ah, eso tiene solución , solo habla con ella — palmea mi hombro y empieza a empujarme para que camine junto a él —Pero luego, primero quiero enseñarte algo.
—No, Aarón, tiene que ser ahora —me detengo en seco y lo veo a los ojos, esos hipnóticos ojos celestes que hacen que se me olvide lo que tengo que hacer, pero este efecto dura poco cuando los ojos de Amalia llegan a mi mente otra vez. Le demuestro a Aarón lo preocupada que estoy con mi ceño y él toma mis hombros —Si no arregló esto ahora podríamos terminar muy mal y no quiero que esté triste por algo tan tonto como un malentendido.
—Te entiendo linda, pero ¿ Qué vas a hacer ? — obviando lo que me hizo sentir el hecho de que me dijera linda, pienso un poco en que hacer para encontrar a mi amiga.
—Tal vez puedo seguir buscándola, al final dare con ella antes del amanecer — me inclino para quitarme los tacones frente a él, si voy a correr por este castillo entero necesitaré estar comoda.
—No hagas eso... —se agacha junto a mi y me hace subir antes de bajar de nuevo para arreglarme la correa del tacón que ya tenía bastante suelta. Sube y me da un cálido beso que hace que me pierda otra vez —Dare la orden que la busquen por ti, los caballeros sabrán donde buscar y así puedes descansar, sé que tu día fue algo pesado.
La verdad es que tiene razón, mi día estuvo lleno de reuniones por línea y de hablar con proveedores arrogantes, fue un día de mierda tanto así que no pude probar bocado desde el desayuno.
ESTÁS LEYENDO
La Fiesta Del Principe
Romance"Todo sea por complacer al Príncipe, a mi Príncipe". Una de las más reconocidas organizadoras de eventos de toda Australia, había salido en la tele y en las revistas más de una vez desde que su negocio pasó de hacer simples fiestas para niños a ser...