~Diecinueve~

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Los siguientes días segui ayudando a Elías para que planeara la sorpresa a Amalia, recibí una invitación a un banquete para hablar en persona sobre la boda de Malibu y también tengo que ir al ensayo para garantizar que todo este como debe estar. También estuve en contacto con Ingrid sobre las reservas de esta semana, toda una semana llena de tareas y cosas aburridas, ¡ Gracias a dios ya es sábado !

—¿ Feliz por el fin de semana ? — Tomás se une a mi en la caminata hacia el comedor para tomar el desayuno. Me adhiero a su brazo haciendo que ría sonoramente —Eso es un sí.

—¡ Es un súper sí ! —exclamo y exagero con los gesto para hacer más divertido mi dramatismo. Tomás solo se limita a verme sonreír —Amo el fin de semana, nadie llama para molestarme, en el comedor hacen panqueques y lo mejor de todo ¡ El encierro se acaba !

–Me alegra que te diviertas afuera, en el lodo y rodeada de mosquitos — Tomás arruina mi felicidad y me recuerda que estamos entrando en otoño y que las lluvias y la humedad dañarán mi día perfecto en el jardín. Suelto su brazo y me cruzo de los míos —No te pongas triste...

Hago puchero y él pone su mano en mi cabeza —Entristeciste mi día feliz, gracias Tomás —mi fingida voz lo hace reír de nuevo a lo que dejo de actuar y regreso a mi felicidad habitual . Un poco de agua y charcos no arruinaran mi sábado —¿ Tú qué sueles hacer los sábados ? ¿ Es tu día libre ?

—Los caballeros no tenemos días libres, nuestro trabajo es proteger al Rey y a la familia Real. El peligro no descansa y nosotros tampoco — eso sonó tan de novela inglesa de esas que dan en la tele. Bufo divertida ante su pose heroica y él sigue con su papel —Prometi mantener a salvo a mis Reyes y eso haré aunque me quite tiempo con mi amada.

Oh cierto, Olivia.

Olivia es la prometida secreta de Tomás, los caballeros no pueden tener pareja ya que eso los distraeria de su trabajo y una distracción significa muerte.

—¿ Qué piensa Olivia de que estes aquí todos los malditos días ? —él sonrie débilmente lo que me da a entender que no les está yendo muy bien con ese tema. Me detengo y pongo mi mano en su hombro —Lo lamento Tomás, siento que esten pasando una mala racha.

—Ella entiende nuestra situación y agradezco que sea tan comprensiva, pero aveces temo que un día se canse de este caballero y se vaya con alguien más libre ¿ Entiendes ? — asiento con obviedad

Claro que entiendo, uno de mis más grandes miedos con Benjamin era que un día se hartara de mi y de mi trabajo y me abandonará para siempre. No era fácil vivir una vida amorosa y a la vez tener una relación estable y adulta, no estábamos juntos todo el tiempo y cuando lo estábamos no tenía más de treinta minutos para él. Supongo que mi mayor miedo se cumplió al fin de cuentas.

—Sé que pasarán por este mal tiempo y seguirán adelante hasta casarse y tener muchos Tomasitos — bromeo a lo que empezamos a reír como locos.

Lo bueno, estaba compartiendo un momento con un amigo y lo había ayudado a dejar de pensar, lo malo, es que estábamos justo frente a la puerta del comedor y cuando se abrieron las puertas nos vieron allí parados. Mi mano sobre el hombro de Tomás, la de él en mi cintura para que no me cayera cuando empecé a reír. Todo se veía tan íntimo que cuando la familia nos vio no pude evitar sonrojarme de la vergüenza.

—Buenos días... —entre a la sala y Tomás salió corriendo, las puertas se cerraron y todos empezamos a comer —Lamento mi tardanza, otra vez.

—No sé preocupe, asumo que tiene una buena razón... — los ojos de Aarón se clavan en mi y tengo un momento de incomodidad extrema por como me ve, como si quisiera matarme a besos y a cuchillazos a la misma vez. Es una mirada tan agridulce —¿ No es así ?

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