Aún con la mirada perdida en la ventana donde están pegando las gotas de la primera lluvia de invierno, escucho como Aarón toca de nuevo sin recibir una respuesta.
—Julieth, ¿ puedo entrar ? — no respondo solo miro como el agua golpea mi ventana y la empieza a nublar. Recuesto la cabeza en mis rodillas mientras las lágrimas caen a los costados de mi rostro —Voy a entrar Julieth.
Y así pasa, Aarón abre mi puerta a la fuerza y entra en mi habitación como si nada. Al ver que no me volteó ni para verlo camina a mi y se sienta sobre el colchón a mi lado, solo llevo una camiseta manga larga para el frío y mi ropa interior, sin quitarme el maquillaje, sin despeinarse solo me quité ese vestido y me puse a llorar. Aarón pone su mano en mi hombro y yo lo palmeo molesta, obviamente descargando mi rabia con él.
—No me toques, ¿ qué haces aquí Aarón ? —niega confundido y yo lo señalo —Tu y yo no somos amigos, no somos nada. No tienes que entrar en mi habitacion sin mi consentimiento para asegurarte de que estoy bien, lo estoy ahora lárgate.
—No me iré porque sé que no estás bien y aunque digas que no somos amigos yo me siento muy cercano a ti y no te dejaré sola ahora —aprieto mis labios y empiezo a llorar de nuevo, él toma mi cabeza y hunde mi cara en su pecho para luego abrazarme. Estamos en silencio hasta que dejó de sollozar y él habla —¿ Qué sucedió ?
Me estiro para tomar la foto de la mesita de noche y se la tiendo, él examina la fotografía en donde sale mi hermana pequeña en un valle, con sus lindos ojos color verde y su cabello rojo y vestido con su camiseta favorita color negro y aquellos pantalincillos que le regalé en su cumpleaños numero cuatro. El Príncipe me mira confundido, me aguantó las lagrima para poder explicarle.
—Ella es Adeline, mi hermana pequeña — los ojos de Aarón se abre de una manera increíble mientras intercambia la mirada entre la foto y mi rostro, confirmando que si es mi hermana. Veo en su cara las ganas de preguntar así que hablo —Ella es la razón por la que no quiero tener hijos, ella es la niña con la que tuve un problema en el pasado y ahora no quiero tener niños propios.
Miro a la ventana, recordando todo lo que pasó.
______________Nos habíamos levantado tarde la mañana del último día de su vida, así que tuvimos que apresuranos para hacer todo lo necesario antes de llevar a Adeline a la escuela. Sebastián estaba muy preocupado por su examen de finales y yo tenía mucho trabajo en mente. Debíamos de correr así que le di un desayuno rápido a mi hermanita, le hice un peinado sencillo en esa melena pelirroja tan característica de nuestra familia y acomode sus libros como pude dentro de su mochila de dora la exploradora.
Esa mañana estaba especialmente triste porque nuestro gato se había escapado el día anterior y no pudo dormir sin él.
—¿ Estas segura de no haber dejado la puerta abierta ayer ? ¿ o qué no habrá ido a casa de alguien ? ¿ hablaste con los vecinos ? — le respondí las mismas preguntas una y otra vez hasta que le di su mochila y nos preparamos para salir —¡ Adiós mamá !
—Diviértete cariño y prometo encontrar a Biuford para está tarde — mi hermana saltó de la felicidad y corrió fuera de la casa hacía el auto seguida por Sebastián metido en su libro —Recuerda...
—Las flores para la boda de Mariana y las bebidas para el cumpleaños de Ernesto, lo sé mamá —bese su frente y corri al carro para poder irnos. Les ordené a mis hermanos que se pusieran sus cinturones pero no los revisé, ya íbamos muy tarde así que solo arranqué. En el camino Adeline hablaba de su escuela y sus deberes y mi hermano la ignoraba por su libro —Sebastián, tranquilo creo que ya estudiaste bastante.
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La Fiesta Del Principe
Romance"Todo sea por complacer al Príncipe, a mi Príncipe". Una de las más reconocidas organizadoras de eventos de toda Australia, había salido en la tele y en las revistas más de una vez desde que su negocio pasó de hacer simples fiestas para niños a ser...