~Once~

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—¡ No, eso es trampa ! — mi voz sonó por todo el pasillo, creo incluso que se escuchó al otro lado de palacio —Pido que André lo revise porque no es justo.

Los gemelos y yo estamos en la biblioteca número tres jugando al ajedrez, bueno André y Adrián intentan que yo aprenda a perder con elegancia y ellos solo me ganan en cada una de las partidas que hacemos. Literalmente están ganando desde que empezamos a jugar y eso fue hace cuatro horas, fueron probablemente cuatro jugadas prueba y tres de verdad hasta este momento y en cada una de ellas he perdido. Soy un desastre.

—No importa cuanto desees ganar no lo lograrás siendo tan quejumbrosa... —cierro la boca con rapidez cuando Adrián empieza a darme una lección de vida —No puedes jugar al ajedrez una vez y creer que es tan fácil ganar solo con decir que sabes jugar, eso es absurdo. Te creí más inteligene Julieth.

¡ Toma la calla de boca que te acaba de dar un niño de ocho años !

Bufo incrédula, me levanto de mi asiento y me alejó a una de las estanterías, ya no puedo soportar que un par de niños idénticos esté ganandome como si fuese una idiota cosa que tal vez si sea. Tomo el primer libro que veo el cual resulta ser de romance y es allí cuando pienso en lo que me está pasando con el Príncipe, todo es tan irreal y a la vez tan real que esta empezando a hacer estribos en mi mente.

Cada que intento pensar en él y en su hermoso rostro recuerdo que tienen una reputación de don juan y probablemente un millón de pretendientes tras él, ¿ Cómo podría saber hasta que punto es un mujeriego sin preguntárselo directamente ? Miro sobre mi hombro y me encuentro a las personitas que me dirán lo que quiera saber.

—Porqué no dejamos de jugar por ahora y así me responden unas preguntas ¿ eh ? — dejo el libro donde estaba y regreso a mi silla , ellos asienten confundidos y yo sonrio con cinismo —Hablenme sobre los intereses románticos de su hermano.

Me decepciono a mi misma, interrogando a un par de niños pequeños para saber más sobre su hermano mayor. Si mi madre me viera ahora mismo, me daría un sape.

—Bueno, Aarón siempre trae plebeyas a palacio, no ha tenido relaciones largas con ninguna, algo de la noche a la mañana. Suponemos que lo hace para enfadar a nuestros padres — y siguen hablando sobre un par de chicas, algunas hasta cenaban con ellos, pero jamás sabían más que sus nombres. Algo en mi se aprieta con cada palabra que dicen.

Me dan a entender que Aarón tiene esta manía de seducirlas hasta que ellas caigan a sus pies, le den una buena noche y luego las deja como si nada con alguna compensación para que no hablen. Es como si estuviera reviviendo su táctica conmigo, me coquetea intentando debilitarse hasta que acepte y luego de que haga su fiesta me mande al carajo y me pague bien para que no abra el pico.

Quisiera decir que no creo eso de él, pero la verdad es que no lo conozco lo suficiente para pensar en algo más...

—La única con la que ha tenido algo más duradero es con Bianca... —las repentinas palabras de André hacen que lo mire sorprendida. El pequeño le da una mirada a su hermano y este se encoge de brazos haciendo que André suspire —Si a lo que tuvieron se le puede decir relación.

—Solo fueron momentos pasionales que no duraron más de un mes, pero ella se enamoró perdidamente de él y se obsesionó a tal grado que todavía viene una vez al mes para quedarse dos semanas seguidas — escuchamos como Amalia sale de entre las librerías y me habla en susurros. La observo muy interesada en sus palabras —Esa mujer está ida de la cabeza y ahora el Príncipe no puede quitársela de encima.

Quién lo diría, el príncipe Aarón I de Dinamarca tiene una admiradora loca, eso es algo que no se ve todos los días. Si soy sincera desde que vi a Bianca podía notar cierta obsesión con él por como lo miraba en las comidas, en los pasillos, incluso como lo miraba el día de nuestro picnic, desde lejos se podía palpar el encaprichamiento de ella hacia él. Y así como desde lejos se nota el amor de ella igual se notaba la falta de interés de Aarón, siempre con una mano en la cabeza cuando ella hablaba y buscando la manera de huir.

La Fiesta Del Principe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora