~Treinta y dos~

2 0 0
                                    

La fiesta II

Todo está pasando a la perfección por ahora. La decoración esta bien, los invitados se ven satisfechos con la atención, los niños aún no arruinan nada, el pastel esta en su lugar y las luces tenues como las pedí. Hasta ahora, cada cosa esta como lo pedí. Solo que falta una cosa.

¡Él cumpleañero!

—Ve por él ¡ahora! — el grito del Rey asusta a todos los presentes en la sala. Los lacayos corren por el castillo en busca de Aarón.

La fiesta empezó hace ya una hora y aún no hemos podido enseñar la atracción principal, ese guapo Príncipe. Al parecer no sólo se ha estado escondiendo de mí, sino de todos en el castillo. Ni siquiera los Reyes saben donde está.

—Esta bellísima señorita Andersson, me alegro mucho de esta sorpresa — el Rey se gira hacía mí. Su comentario calienta mi corazón de una manera alegre —Aunque debo admitir que presentía que esto pasaría. El Príncipe le ha cogido mucho cariño.

Sí supiera que tanto cariño me tiene Majestad, se sorprendería.

Escondo una sonrisa juguetona justo cuando entran los lacayos con Aarón por delante. Simplemente hermoso. Su elegante traje de tres piezas color azul cielo, su hermoso cabello rubio y sus ojos celestes que le hacen juego. Parece algo serio, hasta me atrevería a decir que molesto por algo.

—¿Ya empezó la fiesta...? — le pregunta a su madre, quien le asiente con una sonrisa mientras arregla su corbata. Sus hermosos ojos chocan con los míos y me gustaría pensar que brillan de alguna manera —Debo decirle que esta hermosa señorita Andersson, excelente elección de vestido.

—Gracias Alteza... — siento calor en mis mejillas y trato de esconderme bajando la cabeza. Con cierto nerviosismo arreglo mi vestido por quinta vez en lo que va de la noche —Todo está listo Alteza, su silla esta en su lugar, la Reina, el Rey y los Infantes irán a sus costados. Todos tendrán la vista en ustedes.

—¿Me dan un minuto con la señorita Anderson? — todos los presentes comparten una mirada entre ellos. Él se aclara la garganta —No voy a formular la pregunta otra vez.

—Bien bien, ya nos vamos — todos abandonan la habitación, con miradas algo confundidas.

En cuanto la puerta se cierra Aarón se acerca a mí, con la mirada fija en mi escote. Cuando llega a mi pasa sus cálidos dedos por la curva de mis pechos, haciendo que un escalofrío de placer se pase por toda mi columna hasta quedar en mi entrepierna. Dejó salir un suspiro muy fuerte cuando sus labios humedecen un pedazo de mis pechos y sus manos me toman de la espalda baja, atrayendome a él.

—Tengo tantas ganas de ponerte contra esa mesa y descubrir si tu lencería hace juego con ese vestido — pasa sus fríos dedos por la abertura en mi espalda, dejando un pequeño rastro por mis vértebras. Acerca su boca ahora a mis hombros y los besa con lujuria —¿Cómo es posible que siempre que te veo estas más sexy de lo normal?

—Tal vez sea porque... No nos vemos... Hace un par de días... — es difícil para mí entablar una conversación cuando tiene mi cuello agarrado entre los labios. Le doy un pequeño empujón —Dejame hablar.

—Lo lamento. Lamento haberte dejado a tu merced todos estos días, es solo que... — sus palabras se pierden en su garganta. Se aleja un poco de mí y mira directo a mis ojos —He estado bajo mucha presión de la Reina estos días, no he estado en el Palacio más de cinco minutos.

—Pudiste haber dicho algo. No sé, enviar una doncella, una carta o una paloma mensajera aunque sea Aarón— esto último lo hace reír como un idiota. Un idiota muy sexy —No me estoy riendo Aarón.

La Fiesta Del Principe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora