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MARATÓN 3/3

(...)

“No hay vida si no es a tu lado”

(...)

Ellos se iban de Grove en una semana. De verdad. 

Los cinco meses habían pasado. Se habían evaporado como el rocío en agosto. No quedaba absolutamente nada, más que leves días de ese paraíso y esa sensación armoniosa. 

Y Erick creía que su mente no era consciente de que realmente iba a volver a Londres, que se iba a enfrentar a su madre por primera vez en su vida y que le esperaba un futuro en algún lugar incierto, alejado de su fuente de estabilidad— es decir, Louis—, y la maldita normalidad— Chris, sí—, además de todos sus amigos. 

En ese momento tampoco podía pensarlo demasiado, para ser honestos. 

Estaba en la habitación de Joel. Habían estado con Harry y con Richard, riendo por algunos segundos hasta que se habían ido a dormir. Ellos pensaban irse a la playa, pero Joel había recibido una llamada de Liam que se había convertido en una videollamada. 

Al principio sólo fueron simples comentarios sobre la canción— que saldría oficialmente nada más Joel llegara a Los Angeles en una semana—. Luego, cuando Zayn se unió, vestido con un pijama y las manos sueltas al cabello de Liam, la conversación se tornó más coloquial, para ser honestos.

Y es que Liam y Zayn parecían dos padres preocupados, preguntando a cada segundo si Joel lo tenía todo, si necesitaba algo o si estaba bien. Erick los escuchaba, doblando un par de sus propias sudaderas, y no podía evitar reírse como respuesta. 

—¿Y Erick?— acabó preguntando Zayn, con una sonrisa radiante— ¿Dónde está ese duendecillo? ¿No tiene nada que contarnos? 

Erick giró a mirar a Joel, que había colocado la cámara en un mueble y estaba sentado en el borde de la cama. Joel le regaló una sonrisa y le hizo un gesto para que se acercara. 

Él lo hizo, pero a su manera. 

—¡Me han contratado, Zee!— chilló, lanzándose contra Joel con un salto profesional. 

Joel se quejó y cayó al colchón. Erick soltó un carcajada y se sentó en su regazo, frente a la cámara. Saludó con una mano, al mismo tiempo que Joel se recomponía y rodeaba su cintura con ambos brazos. 

La sonrisa de Liam y de Zayn fue brillante y única. Liam iba vestido con una camisa de traje— seguramente había llegado hacía poco de las oficinas—, mientras que Zayn vestía un pijama de ositos con un fondo azul intenso. 

—Hola, cariño— saludó Zayn—. Joel me lo contó. Associated Press es de las mejores agencias. Tengo muchos conocidos ahí, así que no dudes en pedirme algo si lo necesitas. 

—Zayn conoce a los ejecutivos, Erick— le contó Liam con un deje de orgullo—. Podemos ayudarte. Si crees que lo mejor es que te acompañe a revisar tu contrato puedo hacerlo, estudié dos años de derecho. 

Erick les devolvió la sonrisa. 

—Gracias, chicos. En realidad ni siquiera sé cuándo iré. Tengo que sacar los billetes y todo. 

—Y hospedaje, ¿verdad?— comentó Zayn. 

—Así es. 

Joel le acarició la cintura y ladeó la cabeza para mirarlo. 

—Yo tengo varias casas en Los Angeles. Si necesit-... 

—No. 

Y su voz fue tan firme, que hizo eco los segundos posteriores en los que nadie comentó nada; ni ellos en Grove, ni mucho menos Liam y Zayn donde quiera que estuvieses. 

Un reflejo del amanecer || Joerick Donde viven las historias. Descúbrelo ahora