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"Eres la musa de mi inspiración.
Te escribí una canción sin saber qué sería la primera de un millón"

(...)

Tocó la madera de la puerta con sus nudillos finos, creando un ruido estridente al otro lado.

Dio un paso atrás y golpeó el suelo con su pie derecho para ganar paciencia. Suspiró durante eternos segundos, también mientras miraba a su alrededor a ver si alguien había despertado ya.

El sonido de la puerta abriéndose frente a él llamó del todo su atención.

Erick giró la mirada hasta ese lugar, encontrándose con un Harry medio dormido y sin camiseta que se frotaba el ojo izquierdo con el puño y que estaba despeinado.

—Necesito hablar.

Fue lo único que dijo antes de adentrarse a la habitación como si fuera suya.

Harry respiró profundamente tras él y cerró la puerta, sin nada que decir. Erick supuso que el otro ojiverde ya se había rehusado a tratar con él.

La habitación estaba en penumbra, más las cortinas prácticamente transparentes dejaban colar los primeros rayos del ocaso por la ventana. La ropa estaba organizada, al igual que la maleta que descansaba a un lado.

Louis estaba en la cama, tapado de cintura para abajo y también sin camiseta. Gruñó entre sueños cuando Erick lo zarandeó con fuerza por la pierna. Harry se dejó caer de vuelta a la cama y cubrió su cabeza con la almohada.

Finalmente, Louis despertó y lo miró. Siempre había sido algo peligroso recién levantado, pero Erick necesitaba hablar; realmente.

—Erick, ¿Tienes una idea de la hora en la que llegamos anoche? Tú no fuiste a esa discoteca, pero los demás sí, cielo.

—Necesito hablar.

—Tengo la resaca de un demon-...

—Estoy enamorado de Joel.

Y, bueno; era la primera vez que lo decía en voz alta. No se podía pedir demasiado, porque lo descubrió la noche anterior... Sin embargo, ya había sido suficiente para robarle el sueño de toda la noche.

¡Que estaba enamorado de Joel, hombre! ¿Por qué el mundo seguía tan tranquilo? Él estaba enamorado. Enamorado. Jodidamente enamorado. Erick miraba estrellas y pensaba en el futuro y cantaba y recordaba e imaginaba. Él sonreía cuando su mente le traía el recuerdo de la risa de Joel. Por favor; Erick había llegado al punto de sonreír cuando estaba solo.

Necesitaba ayuda.

Louis frunció el ceño y bufó con algo de enfado.

—¿Y me has despertado para decirme esa mierda tan obvia?

Harry sacó la cabeza de la almohada y le pegó en el hombro. Chasqueó la lengua y se sentó en la cama, mirando a Erick.

—Ven, amor.

Erick hizo un puchero involuntario y gateó por la cama hasta que estuvo entre los brazos de Harry. Louis giró para mirarlos, con su ceño fruncido y la sábana de seda hasta la cintura.

Pero él estaba algo estresado para preocuparse por el mal carácter de su amigo, así que se frotó el rostro y soltó un quejido desde lo más profundo de su garganta. Harry le acarició la espalda con cariño.

—Estoy tan jodido...

—Yo te lo dije— comentó Louis, alzando las cejas—. Te lo dije pero, por supuesto, Louis es un tonto y Louis no sabe lo que dice. "Qué demonios, Louis". Eso fue lo que dijiste. ¿Lo recuerdas?

Un reflejo del amanecer || Joerick Donde viven las historias. Descúbrelo ahora